En Santa María Xochixtlapilco, Oaxaca, la histórica Hacienda El Rosario volvió a ser escenario de “La Matanza”, ritual que marca el inicio de la temporada del mole de caderas. Cientos de chivos fueron sacrificados en una práctica con más de dos siglos de historia, considerada una de las expresiones gastronómicas más emblemáticas del sur del país.

Mixteca — Cada año, pastores de distintas comunidades llegan a la región mixteca para participar en este rito ancestral, donde se seleccionan animales criados de forma tradicional para preparar la carne que da origen al mole y al chito, carne seca y salada que incluso se exporta hasta España. El evento simboliza el vínculo entre la vida rural, la herencia cultural y la economía local.

No obstante, la celebración no está exenta de controversia. Diversos colectivos animalistas han manifestado su rechazo al sacrificio masivo de animales, calificándolo como una práctica que debe revisarse desde una perspectiva ética y ambiental. Debido a estas críticas, la ceremonia se realizó este año a puerta cerrada, con acceso restringido para evitar manifestaciones.

El mole de caderas, con raíces compartidas entre Oaxaca y Puebla, continúa siendo un punto de encuentro —y de disputa— entre dos tradiciones culinarias que se reclaman su origen. Más allá del debate, la Matanza representa la permanencia de un rito agrícola y social que, entre sabores y tensiones, resiste al paso del tiempo.

la matanza, santa maría xochixtlapilco, hacienda el rosario, mole de caderas, chito, mixteca oaxaqueña, oaxaca, puebla, tradiciones, gastronomía