Lo que inició como una jornada conmemorativa para recordar a las víctimas de la matanza de Tlatelolco terminó en una serie de disturbios y agresiones en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Grupos de encapuchados, identificados como parte del denominado “bloque negro”, irrumpieron en la marcha del 2 de octubre, provocando destrozos, saqueos y enfrentamientos con la policía.
CDMX — Desde las primeras horas, contingentes de sobrevivientes del movimiento estudiantil de 1968, acompañados por jóvenes y organizaciones sociales, marcharon desde la Plaza de las Tres Culturas hacia el Zócalo capitalino bajo la consigna “¡2 de octubre no se olvida!”. Sin embargo, conforme avanzó la movilización, grupos radicales comenzaron a realizar pintas, lanzar objetos y provocar enfrentamientos con elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC-CDMX).
Los disturbios se intensificaron a la altura del Eje Central y Avenida Hidalgo, donde los encapuchados fabricaron y detonaron bombas molotov que arrojaron contra los agentes. Varias de estas explosiones alcanzaron a policías que resguardaban la marcha, resultando varios de ellos lesionados y con quemaduras. En redes sociales circuló el grito desesperado de manifestantes que alertaban: “¡Policía quemado, policía quemado!”.
En otros puntos del recorrido, como 5 de Mayo, Gante y Motolinía, se reportaron agresiones directas y daños a establecimientos comerciales. Uno de los incidentes más graves ocurrió en una farmacia ubicada en 5 de Mayo y Filomeno Mata, donde un grupo ingresó por la fuerza para sustraer mercancía.
Además, se registraron al menos dos saqueos en tiendas de autoservicio durante el trayecto entre la Plaza de las Tres Culturas y el Zócalo. Los ataques fueron cometidos por individuos encapuchados sin que interviniera el personal de seguridad que acompañaba la manifestación.
En medio del caos, un elemento de la SSC-CDMX fue agredido por integrantes del “bloque negro”. El uniformado, con visibles quemaduras, fue rescatado por observadores de Derechos Humanos, quienes le brindaron atención médica inmediata. Autoridades informaron que varios agentes más resultaron heridos por impactos de objetos contundentes lanzados desde la multitud.
La violencia también alcanzó a la prensa. Diversos reporteros y camarógrafos fueron golpeados y despojados de su equipo en el tramo de Eje Central Lázaro Cárdenas. Los incidentes fueron condenados por asociaciones de periodistas, que exigieron garantizar el libre ejercicio informativo en manifestaciones públicas.
Ya en la plancha del Zócalo, mientras los contingentes pacíficos ingresaban a la Plaza de la Constitución para rendir homenaje a las víctimas del 2 de octubre de 1968, los actos de violencia continuaron, opacando el sentido histórico y de memoria que caracteriza a esta conmemoración anual.
A 57 años de la tragedia de Tlatelolco, la jornada que debía recordar a los estudiantes caídos terminó marcada por la confrontación, el vandalismo y el agravio a la memoria colectiva de un movimiento que luchó por la justicia y la libertad.


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