En la carrera espacial, el reloj es tan implacable como la física. Una explosión interna durante una prueba de presión en la nueva Starship V3 de SpaceX ha sacudido el cronograma de la compañía y, por extensión, los planes de la NASA para volver a la Luna.
InfostockMx — El incidente, ocurrido en el sur de Texas, destruyó la sección inferior del propulsor, una pieza clave diseñada para ser más potente y capaz de realizar transferencias de combustible en órbita.
Aunque no hubo heridos, el fallo estructural llega en un momento crítico. SpaceX debe demostrar la viabilidad del repostaje orbital —un requisito obligatorio para las misiones Artemis— antes de 2026. La V3 es el vehículo designado para cargar el peso de estas ambiciones interplanetarias.
Con la misión tripulada a la Luna programada para 2028, cualquier retraso en el desarrollo de la Starship genera un efecto dominó. La investigación sobre las causas de la detonación no es solo una cuestión técnica, sino una carrera contra el tiempo para cumplir con las exigencias de la NASA y mantener vivo el sueño de Marte.
Fuente: TechCrunch

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