Una mujer con diagnóstico de trastorno bipolar atacó con tijeras a su compañero de vivienda después de experimentar un episodio confuso en el que, según primeros reportes, habría soñado que era agredida por él.

Puebla de Zaragoza, Pue. — El incidente, que difumina las fronteras entre pesadilla y realidad, dejó al hombre con lesiones en ambos pómulos y a la mujer en una crisis nerviosa severa que requirió atención psiquiátrica inmediata.

Las autoridades encontraron a la mujer ensangrentada y en estado de alteración extrema, incapaz de distinguir con claridad entre lo que había soñado y lo que efectivamente había ocurrido. Ambos fueron trasladados a servicios médicos: él por las heridas físicas, ella por la descompensación psicológica aguda. La escena evidenció un colapso entre percepción onírica y acción violenta real.

¿Hasta qué punto una persona con trastorno bipolar no estabilizado puede ser responsable de actos cometidos durante un episodio psicótico? ¿Existió realmente alguna agresión previa que desencadenó el sueño, o fue el sueño mismo el que generó una respuesta violenta sin fundamento externo?

La Fiscalía investiga si se trató de un ataque sin justificación o de un acto en defensa propia. Sin embargo, esa dicotomía legal parece insuficiente para capturar la complejidad neuropsiquiátrica del evento. El trastorno bipolar, especialmente en fases maníacas o con síntomas psicóticos, puede generar percepciones distorsionadas de la realidad, donde amenazas imaginadas se procesan como peligros inminentes.

La mujer será evaluada por especialistas en psiquiatría forense para determinar su estado mental al momento del ataque. Estos peritajes son cruciales: definirán su responsabilidad penal.

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