Durante el lanzamiento de su iniciativa Sport Offense, que unifica los departamentos de innovación de Nike, la marca reveló dos proyectos que prometen redefinir lo que significa vestir tecnología: un calzado diseñado para manipular la conexión mente-cuerpo y otro capaz de generar su propia propulsión mecánica.
QB-Dataverse — El primero es la línea Mind Body, diseñada para activar el cerebro a través de los pies. La suela posee pequeñas protuberancias de espuma llamadas nodos sensoriales que se mueven con cada paso, transmitiendo la textura del suelo directamente al sistema nervioso. Esa estimulación, según Nike, ayuda al usuario a fijar la mentalidad antes y después de la competencia, una manera técnica de afirmar que el calzado literalmente intenta alinear cuerpo y mente mediante estímulos neurológicos.
El concepto surgió del laboratorio de neurociencia de Nike. El director científico de la compañía explica que la empresa pasó 45 años estudiando el cuerpo en movimiento, pero ahora está ampliando su investigación hacia "la mente en movimiento". La premisa: el rendimiento humano no depende solo de los músculos y del oxígeno, sino también de la percepción, la atención y el estado mental. Nike está apostando a que puede hackear esos estados a través de la planta del pie.
Pero si Mind Body busca despertar la mente, el segundo proyecto quiere acelerar el cuerpo. Llamado Motor Shoe, integra un motor eléctrico, una batería y una correa que se conecta al calzado, aplicando fuerza extra a la zancada de quien camina. Es esencialmente un exoesqueleto portátil creado en colaboración con la empresa robótica Dephy. La zapatilla, derivada de la línea Air Max, puede funcionar con o sin el dispositivo de propulsión mecánica.
En las pruebas internas, más de 400 personas acumularon 2.4 millones de pasos asistidos. El vicepresidente de innovación de Nike define el concepto de forma sencilla: "Queríamos ver si era posible darle al atleta un pequeño empujón invisible, algo que hiciera el movimiento más ligero y divertido". Detrás del lenguaje corporativo inspirador se esconde una pregunta más profunda: ¿qué sucede cuando el rendimiento físico ya no depende únicamente del entrenamiento biológico?
Más allá del diseño y de las frases motivacionales, hay un patrón que comienza a repetirse en varias industrias: la fusión acelerada entre lo biológico y lo tecnológico. Nike no está vendiendo solo calzado; está probando interfaces cuerpo-máquina que podrían normalizar la idea de que el rendimiento humano puede y debe ser aumentado artificialmente. La línea entre atleta y cyborg se vuelve cada vez más difusa, un paso asistido a la vez.
