La carrera por la inteligencia artificial ha cruzado una nueva frontera, no solo tecnológica, sino también geopolítica. Estados Unidos y China compiten por dominar el próximo salto en capacidad de cálculo, y ahora un anuncio histórico promete redefinir las reglas del juego: el Departamento de Energía de EE. UU., en alianza con NVIDIA y Oracle, construirá la mayor supercomputadora de inteligencia artificial jamás creada en suelo estadounidense.

QBDataverse — Este coloso digital, anunciado el 28 de octubre de 2025 en la GTC Washington D.C., contará con 100.000 GPU NVIDIA Blackwell en su sistema principal llamado Solstice, dedicadas al entrenamiento de sistemas de IA más poderosos que todo lo existente hasta hoy. A su lado funcionará Equinox, una máquina complementaria con otras 10.000 GPU Blackwell. Ambas estarán instaladas en el Laboratorio Nacional de Argonne en Illinois e interconectadas por redes NVIDIA ultrarrápidas que les permitirán alcanzar un rendimiento combinado estimado de 2.200 exaflops de rendimiento IA.

Para dimensionarlo: esta potencia deja muy atrás a las supercomputadoras actuales. Los sistemas existentes del DOE como El Capitan en Lawrence Livermore (2.746 petaflops), Frontier en Oak Ridge (2.055 petaflops) y Aurora en Argonne (1.980 petaflops) operan en el rango de los petaflops de precisión doble. Solstice y Equinox, en cambio, están diseñados específicamente para cargas de trabajo de IA, donde la métrica relevante es el rendimiento en operaciones de baja precisión optimizadas para entrenamiento de modelos neuronales masivos.

"La IA es la tecnología más poderosa de nuestro tiempo, y la ciencia es su frontera más grande", declaró Jensen Huang, CEO de NVIDIA. "Juntos con Oracle, estamos construyendo el motor de descubrimiento de América".

No solo acelerará el desarrollo de nuevos materiales cuánticos, vacunas, energía limpia y simulaciones climáticas de precisión molecular, sino que también permitirá crear modelos de IA capaces de razonar, formular hipótesis y proponer descubrimientos científicos por sí mismos. El DOE, NVIDIA y Argonne están colaborando para desarrollar "científicos agentes" (agentic scientists), sistemas de IA que no solo procesan datos sino que diseñan y ejecutan experimentos de forma autónoma.

Los sistemas utilizarán la biblioteca NVIDIA Megatron-Core para entrenar modelos frontera y NVIDIA TensorRT para escalarlos en inferencia. Según Paul K. Kearns, director del Laboratorio Nacional de Argonne, "estos sistemas se conectarán sin problemas con instalaciones experimentales de vanguardia como nuestra Fuente Avanzada de Fotones, permitiendo a los científicos abordar algunos de los desafíos más apremiantes de la nación".

Equinox estará operativo en la primera mitad de 2026, con construcción que comenzó inmediatamente en el Argonne Leadership Computing Facility. Solstice, el sistema más grande, seguirá después utilizando el nuevo modelo de asociación público-privada del DOE.

NVQLink: el puente hacia la era cuántica-GPU

Esta iniciativa no es un hecho aislado. Simultáneamente, NVIDIA anunció NVQLink, una arquitectura de sistema abierto que conecta procesadores cuánticos directamente con supercomputadoras basadas en GPU. Si las GPU representan la fuerza bruta del paralelismo, la computación cuántica simboliza lo impredecible, el territorio donde los problemas imposibles encuentran soluciones.

NVQLink fue desarrollado con aportaciones de laboratorios nacionales líderes incluyendo Brookhaven, Fermilab, Lawrence Berkeley, Los Alamos, MIT Lincoln Laboratory, Oak Ridge, Pacific Northwest y Sandia. La plataforma proporciona interconexión de baja latencia y alto rendimiento que permite control en tiempo real, calibración y corrección de errores cuánticos.

"En el futuro cercano, cada supercomputadora científica GPU de NVIDIA será híbrida, estrechamente acoplada con procesadores cuánticos", afirmó Jensen Huang. "NVQLink es la Piedra Rosetta que conecta supercomputadoras cuánticas y clásicas, uniéndolas en un solo sistema coherente que marca el inicio de la era de la computación cuántica-GPU".

Al fusionar ambos mundos, surge un nuevo paradigma: el supercomputador híbrido, una inteligencia capaz de combinar lógica clásica y comportamiento cuántico como si fuera un solo cerebro digital. Los qubits, unidades básicas de información cuántica, son extremadamente sensibles al ruido y la decoherencia. NVQLink aborda este problema proporcionando retroalimentación instantánea y coordinación con procesadores clásicos, permitiendo algoritmos híbridos que operan simultáneamente en CPU, GPU y QPU (unidades de procesamiento cuántico).

La iniciativa cuenta con el apoyo de 17 constructores de hardware cuántico (incluyendo Quantinuum, IonQ, Pasqal, QuEra, Rigetti, Atom Computing) y cinco proveedores de sistemas de control (como Quantum Machines, Qblox, Keysight Technologies). Todos integrados con la plataforma de software NVIDIA CUDA-Q.

Además de Solstice y Equinox, NVIDIA y el DOE anunciaron planes para siete nuevas supercomputadoras de IA en total. En Argonne, tres sistemas adicionales (Tara, Minerva y Janus) ampliarán el acceso a investigadores académicos. En el Laboratorio Nacional de Los Alamos en Nuevo México, se desplegarán dos nuevos sistemas basados en NVIDIA Vera Rubin: Vision para cargas de trabajo no clasificadas y Mission para aplicaciones de ciencia de seguridad nacional clasificadas. Ambos sistemas, construidos en colaboración con HPE usando su plataforma Cray Supercomputing GX5000, estarán en línea en 2027.

Thom Mason, director del Laboratorio Nacional de Los Alamos, declaró: "Los sistemas Mission y Vision representan una inversión significativa en nuestras capacidades de ciencia de seguridad nacional y ciencia básica... Estos sistemas están diseñados específicamente para supercomputación en la era de la IA".

Supremacía computacional como soberanía nacional

Más allá de los logros científicos, el proyecto envía un mensaje inequívoco: la supremacía computacional se ha convertido en un pilar de soberanía nacional. El Secretario de Energía de EE. UU., Chris Wright, enfatizó la importancia estratégica de la asociación: "Ganar la carrera de la IA requiere asociaciones nuevas y creativas que reúnan las mentes más brillantes y las industrias que la tecnología y la ciencia estadounidense tiene para ofrecer".

El anuncio refleja la alineación entre Silicon Valley y la administración Trump, manifestada en las Órdenes Ejecutivas del Presidente Trump sobre "Aceleración de Permisos Federales para Infraestructura de Centros de Datos" y "Eliminación de Barreras al Liderazgo Estadounidense en Inteligencia Artificial". Huang agradeció explícitamente las políticas energéticas de la administración, enfatizando que "todo, desde la idea hasta el silicio, hasta la generación de inteligencia, estará aquí en Estados Unidos".

Clay Magouyrk, CEO de Oracle, añadió: "Estamos orgullosos de asociarnos con el Departamento de Energía para entregar capacidades de IA soberanas y de alto rendimiento. Nuestra colaboración en Argonne, aprovechando el poder de OCI, proporcionará un recurso crítico para abordar los desafíos más complejos de la nación".

Solstice será construido utilizando el nuevo modelo de asociación público-privada del DOE, incorporando inversiones de la industria y casos de uso comerciales. Este enfoque representa un cambio en cómo el gobierno colabora con empresas tecnológicas para avanzar en capacidades de IA, permitiendo al DOE traer supercomputadoras en línea más rápido mientras comparte tanto la inversión como el poder computacional entre gobierno e industria.

Los bits son las nuevas bombas

Este supercomputador no es solo un instrumento científico; es un monumento estratégico erigido en el corazón de América. Marca el inicio de una nueva era en la que el poder de un país no se mide por el número de armas nucleares, sino por la capacidad de procesamiento que sostiene su inteligencia artificial.

Quien controle las máquinas más avanzadas controlará la innovación, la información e incluso —potencialmente— el futuro de la guerra. En el tablero geopolítico del siglo XXI, los bits son las nuevas bombas.

La pregunta ya no es si la IA transformará la ciencia, la economía y la seguridad nacional. La pregunta es quién controlará esa transformación. Con Solstice, Equinox y NVQLink, Estados Unidos está apostando miles de millones de dólares y décadas de liderazgo científico a una sola respuesta: nosotros.

¿Será suficiente para mantener la ventaja sobre China? ¿O estamos presenciando solo la primera salva de una guerra computacional que definirá el orden mundial del siglo XXI?

Fuentes: NVIDIA Newsroom, Departamento de Energía de EE. UU., Argonne National Laboratory, Oracle, HotHardware, HPCwire, The Quantum Insider

solstice, equinox, nvidia, oracle, departamento de energia, supercomputadora, 100000 gpu, blackwell gpu, inteligencia artificial, argonne national laboratory, jensen huang, nvqlink, computacion cuantica, quantum computing, cientificos agentes, chris wright, agentic ai, megatron-core, tensorrt, híbrido cuantico-clasico, supremacia computacional, seguridad nacional, trump, silicon valley, exaflops, ray kurzweil, singularidad tecnologica, doe, estados unidos, china, geopolitica tecnologica