El Banco de México advierte un aumento en los riesgos para el sistema financiero nacional, derivados del deterioro económico, presiones inflacionarias y finanzas públicas debilitadas.
CDMX — La última encuesta de percepción de riesgo sistémico del Banco de México revela un panorama más adverso para la estabilidad financiera del país. El deterioro económico, la persistencia inflacionaria y el desgaste de las finanzas públicas se consolidan como los factores que más preocupan a las instituciones financieras, en un cierre de año marcado por señales mixtas en la política monetaria y en la actividad económica.
Los datos muestran que el deterioro en las perspectivas de crecimiento económico es, nuevamente, la principal fuente de preocupación: pasó de 75% en mayo a 78% en noviembre. A ello se suma el repunte en la proporción de instituciones que identifican una inflación mayor a la prevista como riesgo relevante, al escalar de 64% a 77%. Las finanzas públicas también se posicionaron como un elemento crítico, aumentando de 67% a 70%, mientras que inquietudes sobre la política fiscal, financiera y económica crecieron de 54% a 56%.
De acuerdo con la gobernadora Victoria Rodríguez, los riesgos internos más mencionados se concentraron en la pérdida de dinamismo económico, la inflación inesperadamente alta y el deterioro fiscal. Estas advertencias coinciden con un entorno de decisiones clave: tras el ajuste a la baja realizado por la Reserva Federal, Banxico anunció que evaluará un posible recorte en la tasa de referencia el próximo 18 de diciembre.
Actualmente, la tasa de interés se ubica en 7.25%, su nivel más bajo desde mayo de 2022, tras un recorte reciente de 25 puntos base. El banco central también atribuyó el aumento de la inflación general a 3.8% en noviembre al impacto del Buen Fin 2025 y al incremento en tarifas de transporte, factores que podrían incidir en su análisis de política monetaria.

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