En Huauchinango, padres de familia y alumnos del CBTIS 86 denunciaron que desde la llegada del director Ricardo Quiroz Arroyo se han registrado irregularidades administrativas, falta de transparencia y medidas que afectan la operación escolar y la convivencia diaria.
Huauchinango, Puebla — En Huauchinango, el ambiente escolar en el CBTIS 86 atraviesa una etapa de creciente inconformidad luego de que padres de familia y estudiantes señalaron una serie de decisiones atribuidas al director Ricardo Quiroz Arroyo, presuntamente orientadas a beneficiar a un grupo reducido y sin abrir espacios de participación para la comunidad educativa. Las quejas se han intensificado en las últimas semanas, generando un clima de desconfianza en torno a la gestión actual.
Uno de los puntos más controvertidos es la reciente elección del Comité de Padres de Familia (CEAP), organismo encargado de administrar los recursos aportados por la comunidad. Testimonios coinciden en que se trató de un proceso dirigido, con escasa apertura y con un resultado que favoreció a personas afines al director. Padres afirman que cualquier reclamación “no trasciende más allá de su oficina”, lo que profundiza la percepción de opacidad.
A las inconformidades se suman decisiones administrativas que los denunciantes califican como impositivas, como la implementación obligatoria de nuevas credenciales para toda la comunidad escolar y el polémico cambio de la cooperativa estudiantil. Sobre esta última, alumnos reportan alimentos de baja calidad, condiciones insuficientes de higiene y un proceso de selección de encargados sin criterios claros. Señalan, además, que los nuevos operadores provienen del mismo estado que el director, lo que ha despertado sospechas sobre posibles favoritismos.
Los estudiantes aseguran que cada intento por expresar sus inquietudes recibe únicamente la respuesta de “acostúmbrense”, una postura que, afirman, vulnera su derecho a ser escuchados y contrasta con el hecho de que tanto ellos como los padres sostienen económicamente diversos servicios mediante sus cuotas. La comunidad escolar insiste en que estas decisiones han deteriorado la vida académica y administrativa del plantel, sin que hasta ahora exista un canal institucional que atienda de fondo sus reclamos.

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