Carlos Torres, ex panista y esposo de la Gobernadora Marina del Pilar Ávila, ha emergido como una figura central dentro de la administración estatal de la morenista en Baja California. Su influencia, apuntalada por una alianza con su hermano Luis Torres, ha generado inquietudes dentro y fuera del partido en el poder.
InfoStockMx, BC - “Todos los negocios que se hacen alrededor del Gobierno se dice que pasan por el escritorio de Carlos Torres y los opera Luis”, denunció una fuente cercana al PAN en la entidad.
De forma oficial, Carlos Torres ostenta un cargo honorario como Coordinador de Regeneración de Espacios Públicos en el Gobierno estatal. Desde esta posición —sin remuneración, pero con amplio acceso a decisiones— ha intervenido en asuntos de urbanismo y negocios relacionados con las zonas centrales de Tijuana y Mexicali, los dos principales núcleos urbanos de la región.
Expulsado del PAN en 2019 por apoyar desde el Congreso local un proyecto de ley que buscaba ampliar el periodo del entonces Gobernador Jaime Bonilla, Torres también funge como Coordinador de Proyectos del Rescate Histórico en Tijuana.
La presencia de los hermanos Torres no se limita a lo institucional. De forma abierta, operan una popular tienda de productos naturales llamada Vive Orgánica en Tijuana. Sin embargo, diversas fuentes y medios locales señalan que el nombre de Luis Torres aparece con frecuencia en presuntas actividades de intermediación, negocios vinculados al entretenimiento nocturno y operaciones en bares de alto perfil.
“A través de amistades y de su hermano, está comprobado que Carlos se ha involucrado en bares y cafés cantantes”.
Uno de los episodios más llamativos ocurrió en 2023, cuando se dio a conocer una visita de la Gobernadora y su esposo a un bar propiedad del empresario Juan Lameiro Cacho, a quien se vincula con operaciones conjuntas con Luis Torres.
La figura de Luis Torres, cuñado de la Gobernadora y hermano de Carlos, toma especial relevancia por su pasado como administrador de la Aduana de Tijuana durante el sexenio de Felipe Calderón. Actualmente, enfrenta una investigación federal por contrabando de gasolinas, un tema que, según fuentes diplomáticas y de seguridad, ha sido central en la decisión del Gobierno de Estados Unidos de revocar las visas de turista tanto a Marina del Pilar como a su esposo.
Ambos anunciaron la cancelación de sus visas por separado, pero sin ofrecer mayores detalles. La medida, no obstante, ha encendido las alarmas sobre posibles investigaciones financieras transnacionales.
“Existe la duda de si habrá una investigación más profunda en el Departamento de Estado”, advirtió una fuente. “Porque además se habla de enriquecimiento y de mucho dinero que se ha puesto en Estados Unidos a través de bancos y algunas otras inversiones como compra de casas”.
Mientras tanto, en Baja California, crece la percepción de que el poder no solo se ejerce desde el despacho oficial de Marina del Pilar. También —y quizás más decisivamente— desde los despachos sin placa, donde confluyen la política, los negocios, los favores aduanales y los lazos familiares.
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