El asfalto volvió a cobrarse una vida. Esta vez fue José Armando N., un joven de 27 años que la tarde del martes 13 de mayo derrapó sobre la carretera federal México-Tuxpan, a la altura del Parque Escénico, y murió al instante. Viajaba sin casco. Viajaba solo. Viajaba en una carretera donde los accidentes ya son rutina y no excepción.

Huauchinango, Pue. — Su motocicleta roja, con placas 34-TLJ-9 del estado de Puebla, quedó tendida a un costado del tramo conocido como el acceso a Huauchinango. El cuerpo, sin vida, fue hallado por vecinos que, como tantas otras veces, se vieron obligados a actuar como primeros respondientes. Llamaron a Cruz Roja. Llamaron a la autoridad. Esperaron. Pero para José Armando ya no había vuelta atrás.

El accidente ocurrió en un punto que los pobladores de Huauchinango ya conocen bien: el tramo frente al Parque Escénico. Ahí donde los autos rebasan sin control, donde la falta de señalización es tan evidente como la indiferencia de las autoridades. En voz de un habitante que pidió no ser citado por nombre: "Aquí no es la primera muerte. Cada año hay varios. Solo cambian las caras, las edades, las motos."

Las corporaciones que acudieron —Guardia Nacional, Cruz Roja Mexicana y el grupo Ayuda Bulls— confirmaron la muerte del joven y procedieron con el acordonamiento del área en espera de las diligencias ministeriales. Sin embargo, ninguna autoridad explicó por qué sigue sin atenderse el problema de fondo: la falta de infraestructura segura y señalización, la omisión de medidas preventivas y la ausencia de campañas eficaces que incentiven el uso del casco y equipo de protección.

José Armando no llevaba casco. Esa omisión fue fatal. Pero detrás del discurso recurrente de "responsabilidad individual", permanece la pregunta que se repite en cada accidente: ¿qué ha hecho el gobierno municipal y estatal para reducir los riesgos de estos tramos?

La respuesta, una vez más, parece ser el silencio. Ni la Secretaría de Infraestructura estatal ni el ayuntamiento de Huauchinango han presentado una estrategia concreta para proteger a los motociclistas que, por necesidad o rutina, circulan por esta vía peligrosa.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Puebla figura entre los estados con mayor número de accidentes viales con víctimas mortales en motocicleta. El 80% de estos decesos podrían evitarse con medidas de prevención, educación vial y regulación efectiva del tránsito.

Sin embargo, mientras no se asuma la dimensión del problema, seguirán repitiéndose escenas como la de José Armando: cuerpos sin vida sobre el asfalto, vecinos como testigos impotentes, autoridades ausentes.