La presidenta Claudia Sheinbaum recibió en Palacio Nacional al nuevo embajador de Estados Unidos, Ronald Douglas Johnson, un coronel retirado con pasado en inteligencia militar y la diplomacia centroamericana. Su llegada reconfigura el diálogo bilateral en un momento marcado por tensiones y acusaciones de “narcoterrorismo” y propuestas legislativas que afectan a millones de mexicanos.

CDMX - En medio de un escenario diplomático delicado, marcado por propuestas polémicas en el Congreso estadounidense, el gobierno de México ha oficializado la recepción de Ronald Johnson como embajador de Estados Unidos. La ceremonia de presentación de cartas credenciales, realizada en Palacio Nacional, abre una etapa en la relación entre ambos países bajo las administraciones de Sheinbaum y Donald Trump.

Johnson, designado por el presidente Trump y confirmado por un Senado polarizado en abril de 2025, llega a México con un perfil que trasciende lo diplomático. Su carrera comenzó como soldado raso en la Guardia Nacional del Ejército de Alabama en 1971 y se extendió por más de dos décadas en las Fuerzas Especiales de Estados Unidos, donde alcanzó el rango de coronel. Es egresado de la Universidad del Estado de Nueva York y tiene una maestría en Ciencias por la Universidad Nacional de Inteligencia.

Tras retirarse del Ejército, Johnson sirvió durante más de 20 años en la CIA, colaborando directamente con el Comando de Operaciones Especiales en Florida. Su paso por la diplomacia inició en 2019 como embajador en El Salvador, donde estableció una relación estrecha con Nayib Bukele y promovió estrategias de seguridad para contener el crimen organizado y la migración irregular.

En su audiencia de confirmación para México, Johnson causó inquietud al no descartar acciones militares unilaterales en territorio mexicano si ciudadanos estadounidenses estuvieran en peligro. Esa postura refleja la línea dura del ala trumpista que respalda medidas como la reciente propuesta de aplicar un impuesto del cinco por ciento a las remesas enviadas por migrantes, iniciativa que ha sido rechazada de forma tajante por el gobierno mexicano.

“Ya lo vamos a recibir hoy, ya platicaremos con él. Queremos una buena relación”, expresó Sheinbaum, quien desde días atrás había mostrado disposición a mantener un vínculo basado en el respeto mutuo con Washington. La reunión con Johnson es vista como un primer termómetro para medir la disposición de ambas partes en un contexto bilateral cargado de desafíos.

En la misma jornada, la mandataria también recibió a los nuevos representantes diplomáticos de Argelia (Messaoud Mehila), República Dominicana (Juan Bolívar Díaz Santana), Colombia (Carlos Fernando García Manosalva) y República Eslovaca (Milan Cigán), quienes entregaron sus cartas credenciales como parte del protocolo oficial.

Con la llegada de Johnson a la embajada estadounidense, el tablero diplomático cambia de manera significativa. Su historial sugiere una agenda centrada en seguridad, inteligencia y control migratorio. Para México, mantener la interlocución abierta será vital ante la posibilidad de que se impongan decisiones unilaterales desde el norte.