🇲🇽⚖️💊 Mientras Estados Unidos acusa a Vector, Intercam y CI Banco de lavar dinero para carteles de la droga que inundan de fentanilo sus calles, en Palacio Nacional se recita el libreto de siempre: “todo está bajo control”.

CDMX - Con voz monótona, el secretario de Hacienda, Edgar Amador, compareció en la “Mañanera del Pueblo” para explicar que la intervención de Vector Casa de Bolsa, Intercam y CI Banco fue una acción “preventiva” tras detectar problemas en sus líneas de financiamiento, con el noble fin de “proteger los ahorros de los mexicanos” y mantener el sistema bancario “fuerte y sólido”.

Lo que Amador no dijo es que Vector Casa de Bolsa pertenece a Alfonso Romo, ex jefe de gabinete de Andrés Manuel López Obrador y pieza central en la llegada de AMLO al poder, y que la intervención no fue un acto soberano de supervisión, sino una reacción forzada tras las sanciones del Departamento del Tesoro de EE.UU., que señaló a estas instituciones como lavadoras de dinero del Cártel de Sinaloa y del tráfico de fentanilo.

El secretario de Hacienda explicó que la intervención busca “garantizar que no haya interrupciones en el sistema bancario”, en coordinación con Banxico, la CNBV y la ABM, destacando con solemnidad que “el tipo de cambio se mantiene estable” y que “las tasas de interés bajaron 0.01%”, como si los inversionistas y los ciudadanos no supieran que el sistema financiero mexicano quedó expuesto en su fragilidad política ante la presión internacional.

Mientras en Washington se habla de combatir el envenenamiento de sus jóvenes con fentanilo, y se tilda a México de “adversario” al nivel de Rusia, China o Irán, en Palacio Nacional se repite que “no ha pasado nada”, y se declara que “todo está estable” aunque un ex miembro del gabinete presidencial sea propietario de una institución intervenida por lavado de dinero.

Las declaraciones de Amador confirman que la intervención a Vector, Intercam y CI Banco por la CNBV no fue un acto heroico de supervisión interna, sino un control de daños ¿para evitar una estampida de capitales? o una crisis de confianza, mientras se protege la narrativa de estabilidad de la 4T. Diversas voces, sin pruebas concluyentes por el momento, advierten que más que proteger a los ahorradores, esta intervención podría estar protegiendo a quienes usaron esas instituciones para lavar dinero, evitando que las investigaciones estadounidenses destapen conexiones incómodas con el poder político.

La “increíble y triste historia del Secretario de Hacienda” es la de un funcionario forzado a sostener, con datos de estabilidad macroeconómica, un sistema financiero cuya reputación ha quedado fracturada mientras el nombre de Romo y de la 4T quedan vinculados al escándalo de lavado de dinero más grave del sexenio.

Porque lo que realmente está en juego no es el tipo de cambio, ni la tasa de interés, ni los comunicados técnicos: es la credibilidad de un gobierno que prometió acabar con la corrupción y la impunidad, pero que hoy se encuentra en el centro de un escándalo con la justicia estadounidense que amenaza con devorar su narrativa de pureza y honestidad.