El cielo de Teherán se tiñó de rojo. Las explosiones retumbaron como terremotos en las montañas y edificios. En el corazón de la capital iraní, el principal depósito de gas, el Shahran fuel depot, estallaba en cadena, alcanzado por misiles israelíes en una ofensiva que, por primera vez en décadas, convierte en blanco directo a las grandes capitales de Medio Oriente.

TEHERÁN / JERUSALÉN — A la misma hora, en el norte de Israel, las sirenas apenas daban abasto. Decenas de misiles iraníes iluminaban el cielo sobre Jerusalén, Tel Aviv y Haifa.

La guerra ya no es silenciosa, ni híbrida, ni lejana. Es abierta, frontal y devastadora. Y si algo dejó claro este fin de semana es que ni Israel ni Irán están dispuestos a ceder. Ambos gobiernos han prometido más ataques. El riesgo de una escalada regional —con Estados Unidos al borde de involucrarse— se vuelve cada vez más real.

El fuego sobre Teherán: un golpe al corazón energético

La última ola de bombardeos israelíes fue diferente. No solo apuntó a sitios militares o nucleares. En la madrugada del domingo, los misiles impactaron directamente sobre la infraestructura civil crítica: el depósito de gas más importante de la capital iraní, en Shahran. Testigos describieron explosiones continuas, una tras otra. El fuego se extendía montaña arriba. "Parecía un sismo", dijo un residente desde su apartamento frente al siniestro.

Según el Ministerio de Petróleo de Irán, la instalación tiene once tanques y abastece una porción significativa de la zona metropolitana. La ofensiva, además, alcanzó el sitio nuclear de Natanz y eliminó las defensas aéreas de Teherán. El vocero militar israelí, Brig. Gen. Effie Defrin, declaró que las fuerzas de su país lograron “libertad de acción total en el espacio aéreo iraní”.

Irán responde: misiles y drones sobre ciudades israelíes

Desde el viernes, Irán ha lanzado unos 200 misiles balísticos y decenas de drones contra ciudades israelíes. A diferencia de ofensivas anteriores, los impactos no se concentraron en zonas desérticas o bases periféricas. Esta vez, los objetivos fueron centros urbanos: Tel Aviv, Bat Yam, Rishon LeZion, y la estratégica ciudad portuaria de Haifa.

El saldo humano es grave: al menos 6 muertos, incluidos una mujer en sus 60 y un niño de 10 años, y más de 200 heridos. Entre los objetivos impactados está el Instituto Weizmann de Ciencias, una de las principales universidades de Israel, donde un edificio de laboratorios fue destruido por el fuego.

Israel afirma que Irán ha utilizado un nuevo misil: el Shahed Haj Qassem, con un alcance cercano a los 1,600 kilómetros. Su uso masivo busca abrumar los sofisticados sistemas de defensa israelíes, considerados “de los mejores del mundo”, pero no infalibles.

Balance militar: 150 ataques israelíes, 200 misiles iraníes

En solo 48 horas, el ejército israelí ha lanzado alrededor de 150 ataques sobre territorio iraní, incluyendo instalaciones militares, defensas antiaéreas, infraestructura nuclear y ahora objetivos energéticos. Irán ha respondido con al menos 200 misiles balísticos y numerosos drones. Según autoridades israelíes, algunos ataques iraníes han fallado, pero otros han alcanzado áreas densamente pobladas.

Desde Irán, el número de víctimas mortales también asciende: más de 70 personas habrían muerto, incluyendo seis altos mandos militares. Entre ellos se encontraba Ali Shamkhani, exjefe del Consejo de Seguridad Nacional y encargado de las negociaciones nucleares con EE.UU.

Se extiende el conflicto: Yemen, el Golfo y ¿Washington?

Israel extendió su ofensiva al sur. El sábado por la noche, bombardeó una reunión de líderes hutíes en Yemen, aliados de Irán, en un intento por desmantelar su red regional. El movimiento podría detonar nuevas represalias desde el Mar Rojo.

Mientras tanto, la esperada reanudación de las negociaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos en Omán fue cancelada. Fuentes en Washington y Mascate confirmaron que la nueva escalada volvió inviable cualquier diálogo.

En cuanto al papel de Estados Unidos, su postura sigue ambigua. El secretario de Estado, Marco Rubio, negó participación en los ataques, pero el presidente Donald Trump tampoco ha pedido a Israel moderar su ofensiva. Al contrario, el Pentágono ya ha comenzado a reposicionar activos militares en Medio Oriente para proteger tanto a tropas estadounidenses como a Israel.

La retórica se radicaliza. Benjamin Netanyahu justificó los ataques diciendo que enfrenta dos amenazas existenciales: el programa nuclear iraní y la producción acelerada de misiles. Según él, Irán planea fabricar 20,000 misiles en seis años, cada uno “como un autobús lleno de explosivos”.

La región está al borde de una conflagración mayor. Dos potencias armadas hasta los dientes intercambian fuego real. Lo que comenzó como una ofensiva quirúrgica se ha convertido en una guerra abierta entre Estados, con posibles consecuencias globales.