🚨 Puebla no es ajena a la expansión del crystal: menores desde los 11 años caen en su consumo, mientras comunidades golpeadas por violencia y falta de oportunidades se convierten en mercado fácil para la droga que arrasa en barrios y pueblos. 🧊⚠️
Puebla de Zaragoza, Pue.- En el corazón de Puebla capital, en juntas auxiliares como San Miguel Canoa, La Resurrección y San Pablo Xochimehuacan, el consumo de crystal (metanfetamina) ha dejado de ser un problema aislado para convertirse en una alerta comunitaria. Organizaciones civiles y centros de atención a adicciones advierten que el número de menores de edad que solicitan ayuda por consumo de crystal se ha disparado en los últimos tres años.
“En promedio, estamos recibiendo a menores desde los 11 años, algunos con más de un año de consumo de crystal. Llegan desnutridos, con signos de violencia familiar y abandono escolar”, señala Rosa Hernández, trabajadora social de un centro de atención de adicciones en Puebla.
Datos de la Red de Centros de Integración Juvenil (CIJ) revelan que entre 2021 y 2024, la solicitud de atención por consumo de metanfetaminas en menores creció más de un 400% en el estado. Actualmente, 8 de cada 10 casos de atención por drogas en menores están relacionados con crystal, una sustancia que se consigue por apenas 50 pesos en las calles de colonias populares.
“El crystal está en esquinas, lo venden en parques, canchas y a veces hasta en la escuela. Es barato, fácil de consumir y destruye en meses a las y los jóvenes”, explica Hernández.
De acuerdo con la Secretaría de Salud federal, en 2013 las metanfetaminas representaban el 9.5% del consumo de drogas en México; para 2023, esta cifra creció al 49.1%, reflejando una expansión que ya golpea con fuerza a Puebla.
El crystal, conocido también como hielo, ice, met, tiza, vidrio o speed, es una metanfetamina en polvo blanco o en forma de cristales gruesos y claros. Se consume principalmente fumado, aunque también puede inyectarse o inhalarse.
Libera grandes cantidades de dopamina en el cerebro, generando una falsa sensación de euforia, confianza y energía que posteriormente deriva en un “bajón” físico y mental. Entre sus ingredientes se encuentran químicos y solventes altamente tóxicos como ácido de baterías, limpiador de desagües, combustibles y fertilizantes.
Antes focalizado en estados del norte, el consumo y tráfico de crystal se ha expandido a todo el país, incluyendo Puebla. Operativos de seguridad locales confirman que aseguramientos de metanfetamina en Puebla han aumentado en colonias como Bosques de San Sebastián, San Aparicio y la zona de la CAPU, donde grupos delictivos de narcomenudeo usan a menores como “halcones” o distribuidores.
Mientras tanto, las instituciones locales enfrentan limitaciones presupuestales y falta de personal especializado para atender la ola de adicciones, que ya se refleja en jóvenes incapacitados para trabajar o estudiar por las secuelas del crystal.
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