Ángeles de Puebla

¿Incompetencia disfrazada de voluntad política?
Hay momentos en la función pública donde la realidad se impone con la brutalidad de los números. Silvia Tanús Osorio, titular de la Secretaría de Movilidad y Transporte de Puebla, puede presumir haber dado de baja mil 600 concesiones irregulares, pero los datos revelan una verdad incómoda: su gestión es el perfecto ejemplo de cómo la improvisación y la falta de capacidad técnica no pueden remontar 50 años de atraso en un solo sexenio.

La funcionaria luce cansada, y tiene razones para estarlo. Dirigir una secretaría con 34 mil concesiones registradas, de las cuales solo 5 por ciento ha participado en la revista vehicular, requeriría de un equipo técnico sólido, una visión estratégica clara y la capacidad de articular soluciones estructurales. Tanús Osorio carece de todo lo anterior.

De ahí que cada intento de arreglar un problema, resulte en otro. Es el caso, —por ejemplo— del operativo para "regularizar el transporte" en Angelópolis, que se convirtió en el símbolo más visible del fracaso administrativo de Tanús Osorio. Durante semanas, el personal de servicios de una de las zonas residenciales más importantes de Puebla se quedó sin medio de transporte. No hubo plan B, no hubo alternativas, no hubo soluciones técnicas. Solo el caos disfrazado de "operativo de regularización".

Mexconomy explica que mientras Curitiba mueve 2 millones de pasajeros diarios con un sistema integrado y eficiente, y Bogotá mantiene la auto-sostenibilidad financiera de su TransMilenio, en Puebla Tanús Osorio celebra dejar sin transporte a trabajadores que necesitan llegar a sus empleos. Es la incompetencia elevada a política pública.

Los números, además, son despiadados: 74.4 por ciento de los usuarios del transporte público poblano tarda más de 16 minutos en llegar a su destino, y 20.4 por ciento invierte más de una hora. Pero en lugar de atacar estas cifras con soluciones, Tanús Osorio opta por operativos que agravan el problema.

En sus reuniones municipales, el patrón es invariable: Tanús Osorio escucha los problemas, regaña a los presentes, pero no propone nada diferente. Sus comentarios son lugares comunes que caen en el discurso político, no en la articulación técnica que requiere un sistema de transporte moderno.

"No queremos que haya tentaciones", dice sobre las mil 600 concesiones canceladas. La frase, aparentemente firme, esconde la realidad: no sabe qué hacer con las 32,400 concesiones restantes. No tiene un plan para consolidarlas, no tiene una estrategia para modernizarlas, no tiene una visión para transformarlas en un sistema eficiente.

Mientras tanto, la comparación internacional resulta humillante. Curitiba logró en 1974 lo que Puebla no puede ni siquiera planear en 2025: un sistema integrado con tarifa única. Han pasado 51 años y seguimos discutiendo si las concesiones están a nombre de personas fallecidas.

La Secretaría de Movilidad y Transporte sigue presa de la misma inercia burocrática de hace medio siglo. Los operativos se han convertido en una forma de lucro indebido, sin cambios administrativos reales en la modernización de las concesiones. El resultado es predecible: concesionarios en el limbo y cadenas de corrupción que se alimentan de la indefinición.

Tanús Osorio presume que mil 743 unidades participaron en la revista vehicular en dos semanas, pero omite que representan apenas 5 por ciento del total. El 95 por ciento restante permanece en la irregularidad administrativa y esto va a caracterizar su gestión.

La pregunta es inevitable: ¿Tanús Osorio no puede, está cansada, no tiene quien le ayude profesionalmente, o simplemente no es su deseo que el elefante camine?

Hay números y promesas alegres con la llegada de un Cablebús. Pero los números no mienten si de modernizar se trata. Puebla requiere una inversión de entre 750 millones y 1,200 millones de dólares para alcanzar estándares internacionales básicos. Pero con una titular que no puede resolver el Programa de Revista Vehicular 2025 o el caos de Angelópolis, ¿quién va a confiar en que pueda manejar una transformación de esa magnitud?

El gobernador Alejandro Armenta prometió "terminar el sexenio con un sistema de transporte diferente". Mantener a Tanús Osorio al frente esperamos no sea garantizar que la única diferencia será el agravamiento del problema. Doce años sin revista vehicular fueron suficientes para generar el caos actual. Seis años más de improvisación serán suficientes para convertir a Puebla en un caso de estudio internacional sobre cómo NO manejar el transporte público.