En tiempos de incertidumbre económica y turbulencia política Josefina Morales Guerrero se ha convertido en un punto de estabilidad en Puebla, al frente de la Secretaría de Planeación, Finanzas y Administración (SPFA). Su estilo discreto y responsable marca un contraste con el estruendo de la política.
Puebla de Zaragoza, Pue.- En medio de un escenario de restricciones presupuestarias y presiones de gasto, Josefina Morales Guerrero ha enviado un mensaje claro: “No comprometer lo que no vamos a tener en ingresos”. La frase resuena como advertencia y principio de responsabilidad fiscal mientras Puebla se prepara para un 2026 complejo por temas como la inflación, el precio del petróleo y la volatilidad económica global que afectan los ingresos estatales.
Morales ha logrado algo que parece simple pero que es difícil en la práctica: mantener la recaudación por arriba de lo programado en 2025, mientras contiene las expectativas de gasto y exige disciplina a las dependencias. Bajo su dirección, la SPFA ha trabajado de manera coordinada con la Subsecretaría de Ingresos para construir un presupuesto basado en proyecciones realistas, sosteniendo prioridades como la inversión en el campo y la seguridad, sin caer en la tentación de comprometer recursos inciertos.
"Estamos trabajando con la Subsecretaría de Ingresos para tener una proyección", explicó Morales, dejando claro que el trabajo técnico y la cautela presidirán la construcción del presupuesto de Puebla para 2026. El enfoque sereno de Morales contrasta con la presión que implica la administración financiera en un entorno donde los proyectos fuertes y las promesas políticas presionan las finanzas públicas.
Su desempeño se ha caracterizado por tres cualidades escasas pero valiosas en tiempos de turbulencia:
- Sensatez: Prioriza proyectos con respaldo de ingresos reales, evitando caer en excesos presupuestales.
- Discreción: Se ha mantenido alejada de los reflectores partidistas, concentrada en el manejo técnico de las finanzas.
- Responsabilidad: Sostiene un equilibrio entre la recaudación creciente y la contención del gasto, cuidando el margen para invertir en temas prioritarios como seguridad sin comprometer la estabilidad fiscal.
En Puebla, donde las finanzas estatales se han usado en el pasado como como botín o como plataforma de promesas, Josefina Morales Guerrero ha demostrado que el oficio de servir desde las finanzas públicas se puede ejercer con responsabilidad y seriedad. Su perfil, discreto pero firme, refleja lo que Puebla necesita mientras se avecina una turbulencia que México no ha conocido en los últimos años y que pondrá a prueba las finanzas de todos los estados del país.
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