⛽️ El “huachicol fiscal” es el contrabando de gasolina de EE.UU. a México con redes que usan barcos, pipas y gasolineras, operando con empresas fachada y complicidades de autoridades. La impunidad alimenta este negocio multimillonario al amparo de la formalidad. 🔍
InfoStockMx — El contrabando de combustible de Estados Unidos a México, conocido como “huachicol fiscal”, se ha convertido en una compleja cadena de complicidades impulsada por la impunidad. Este delito se alimenta de redes que operan en la formalidad mientras utilizan barcos, ferrocarriles, pipas, tanques de almacenamiento y gasolineras para introducir hidrocarburos al país de manera ilegal.
El método consiste en el uso de empresas fachada o el soborno a empleados de compañías que ya cuentan con permisos legales de importación, para mezclar combustible ilegal con los cargamentos autorizados.
“Utilizan empresas fachada o tratan, por ejemplo, si alguien ya está importando hidrocarburo, sobornar a algún empleado para que, dentro de esa importación, pues meta parte del hidrocarburo ilegal que ellos están metiendo”,
explicó Sergio Reynoso, representante de Canacintra ante el Comité Consultivo Nacional de Normalización de Hidrocarburos, Petróleo y Petroquímicos (CCNNHPP).
Para Francisco Rivas, presidente del Observatorio Nacional Ciudadano, el huachicoleo actual es consecuencia directa de la impunidad, y evoluciona mientras existan áreas de oportunidad que no son vigiladas ni sancionadas:
“El huachicol, como todos los delitos, va a estar sujeto a modificaciones, en la medida en la que alguien se dé cuenta que hay un área inexplorada que puede desarrollarse, que no está siendo combatida, en donde hay complicidades y en donde hay un gran ingreso económico”,
añadió que esta modalidad es más compleja que la perforación de ductos:
“Es mucho más sofisticado respecto a, simple y sencillamente, el perforar un ducto y sustraer el hidrocarburo, porque aquí requieres primero de toda una logística y de un apoyo evidentemente de complicidad, complicidad corrupta en aduanas y con las autoridades que controlan la seguridad fronteriza”.
Los expertos señalan que los soportes financieros y bancarios de estas operaciones pueden rastrearse, así como la renta de barcos, pipas y la logística de distribución, pero no se investigan, permitiendo que empresas operen con permisos formales mientras encubren el tráfico ilegal de combustible.
Este fenómeno ha convertido al huachicol fiscal en un negocio multimillonario que opera con normalidad ante la vista de autoridades, a costa de los recursos públicos y de la seguridad energética del país.
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