Con rebozo, tenate y tortillas sobre la espalda, 601 mujeres de Santa María Coapan recorrieron casi 5 kilómetros para honrar su historia. Más que una competencia, la trigésimo primera Carrera de la Tortilla fue una declaración de identidad en defensa del maíz nativo y las tradiciones de este pueblo originario de Tehuacán, Puebla.
Coapan, Tehuacán, Pue. — Niñas, adultas y abuelas —algunas descalzas, otras con huaraches— participaron este domingo en la Carrera de la Tortilla, una tradición que se celebra cada año en Santa María Coapan, junta auxiliar de Tehuacán, y que desde 2017 es reconocida como Patrimonio Cultural Municipal. El evento reunió a 601 mujeres de entre 3 y 79 años, con la única consigna de llevar a cuestas lo que por generaciones ha sido su sustento: hasta 6 kilogramos de tortillas elaboradas con maíz nativo.
Con entusiasmo, orgullo y fuerza, las mujeres coapeñitas hicieron el recorrido de casi 5 kilómetros —la misma distancia que, décadas atrás, recorrían sus antecesoras para vender casa por casa su producto en el centro de Tehuacán, cuando no existía transporte público. Hoy, esa caminata se transforma en símbolo de resistencia cultural.
La jornada inició desde temprano con el pesaje de tortillas, de acuerdo con cada una de las ocho categorías. Luego, frente a representantes municipales, estatales y federales —incluido el gobernador Alejandro Armenta Mier—, se realizó un ritual prehispánico de agradecimiento a la madre tierra y al maíz, previo al banderazo de salida en la calle 1 Oriente.
La categoría de niñas de 3 a 6 años recorrió simbólicamente 250 metros, mientras que las mujeres mayores de 60 años, en la categoría “veterana plus”, completaron el recorrido completo, algunas con más de cuatro décadas elaborando tortillas todos los días. “Aunque nuestras raíces siguen fuertes, lo que se está perdiendo es la vestimenta”, señalaron. Conservar los trajes típicos —dijeron— es cada vez más difícil por el costo de los textiles, pero se hace el mayor esfuerzo por no dejarlo atrás.
Para muchas de las participantes, la carrera no solo honra a quienes les enseñaron a moler y cuecer el maíz, sino también a aquellas mujeres que han mantenido viva esta tradición de generación en generación. Algunas lo hacen como parte de su oficio diario; otras, simplemente por la emoción de formar parte de una comunidad que no está dispuesta a olvidar quién es.
La Carrera de la Tortilla ocurre en un momento crítico para el maíz en México. A pesar de la prohibición al cultivo de transgénicos decretada en 2025 por la presidenta Claudia Sheinbaum, el país debió ceder en 2026 ante un panel del T-MEC y permitir la importación de maíz genéticamente modificado para consumo humano. La disputa comercial sigue abierta, pero en Coapan la decisión está tomada: mientras haya mujeres que caminen con tortillas al hombro, el maíz nativo seguirá vivo.
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