El presidente municipal de Cuyoaco, Iván Camacho Romero, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán luego de que una denuncia formal por abuso de autoridad fuera presentada ante el Congreso del Estado de Puebla.
Puebla de Zaragoza, Pue. — Lo que estaba intentando ser un escándalo más dentro del ámbito político local ha escalado a una posible destitución que podría marcar un precedente para la rendición de cuentas por abuso de poder en Puebla.
La queja, sustentada en videos difundidos en redes sociales, muestra a Camacho Romero en actitudes inadmisibles para cualquier servidor público: en uno, en el centro comercial Angelópolis, aparece acompañado de escoltas y su pareja, amenazando a empleados de una tienda con frases como “no saben con quién se meten” y advirtiendo sobre la posibilidad de “levantarlos”. En otro video, el edil bloquea un autobús de pasajeros en la autopista Puebla–Cuapiaxtla, confrontando al conductor con maniobras peligrosas y expresiones intimidantes, poniendo en riesgo la seguridad de más de 30 personas.
Además, se le acusa de haber repartido despensas durante la veda electoral de 2024, acompañado por policías y escoltas, un acto que, según reportes, derivó en agresiones contra un ciudadano que intentó documentar los hechos. La gravedad de estas acciones ha puesto en entredicho la integridad y ética del alcalde.
El gobernador Alejandro Armenta Mier dejó claro que “no se protegerá a nadie” y exigió que las investigaciones de la Fiscalía y la Secretaría de Gobernación sigan su curso, una señal de que la administración estatal está vigilante y no tolerará abusos de poder.
Este jueves, la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales del Congreso de Puebla analizará las pruebas presentadas y decidirá si existen faltas graves que ameriten la suspensión o destitución del alcalde. La presión es intensa, pues en los últimos meses otros ayuntamientos han sido disueltos por irregularidades, y la sociedad exige castigos claros contra quienes abusan de su autoridad.
Los hechos protagonizados por Iván Camacho Romero van más allá de simples “excesos de carácter”. Amenazar empleados con “levantarlos” o bloquear un autobús con decenas de pasajeros en plena vía pública son actos que rozan lo criminal y ponen en riesgo la seguridad de la población. Su actitud desafiante y su intento de deslindarse solo agravan la percepción de impunidad que durante años ha minado la confianza en las autoridades locales.
El Congreso de Puebla tiene ahora en sus manos la responsabilidad de dar un mensaje claro: que el abuso de poder no quedará impune, y que los servidores públicos deben responder por sus actos, no esconderse detrás de escoltas ni ampararse en burocracias para evadir la justicia.
El futuro político de Iván Camacho Romero está en juego, y con él, la esperanza de que en Puebla la ley y la ética prevalezcan —poco a poco— sobre el abuso de poder.

0 Comentarios