Una fuga de crudo en Huauchinango desató una emergencia ambiental que amenaza la Sierra Norte de Puebla, mientras Pemex y autoridades estatales realizan acciones limitadas que no logran contener la dispersión del hidrocarburo.
Huauchinango, Pue. — La sierra norte poblana enfrenta una situación crítica tras el derrame de petróleo en Cuaxicala, comunidad de Huauchinango, donde el hidrocarburo se escurre desde una estación de bombeo de Petróleos Mexicanos. Habitantes documentaron cómo el crudo fluye como un riachuelo improvisado sobre la tierra, alcanzando arroyos y caminos rurales, con consecuencias que podrían extenderse hacia toda la región.
De acuerdo con los testimonios, únicamente una cuadrilla de trabajadores de Pemex acudió al sitio, sin lograr detener el derrame. El recorrido oficial terminó con una conclusión desconcertante: “no encontraron nada”. El oleoducto se mantiene inactivo, pero el combustible sigue impregnando los suelos y cuerpos de agua, generando una amenaza ambiental y sanitaria que crece con el paso de los días.
Ante esta situación, personal del Gobierno de Puebla acudió a supervisar junto con Pemex los trabajos de limpieza y a realizar un recorrido para localizar la fisura. Sin embargo, los vecinos cuestionan la tardanza y la ausencia de acciones inmediatas de parte del municipio de Huauchinango y de las instancias estatales, lo que ha alimentado la indignación comunitaria.
Los pobladores recuerdan que no es la primera vez que enfrentan un escenario de este tipo: en incidentes previos, los trabajos de saneamiento fueron incompletos y dejaron secuelas en la tierra y el agua. Hoy, insisten en que la Sierra Norte necesita una intervención que detenga el avance del crudo y garantice un proceso de remediación integral.
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