El presidente surcoreano Lee Jae-myung y el mandatario estadounidense Donald Trump sostendrán este lunes en la Casa Blanca su primera cumbre bilateral, con el reto de afianzar la alianza en defensa y comercio, mientras persisten dudas sobre el pacto arancelario y el rumbo de la estrategia hacia Corea del Norte.
InfoStockMx — El encuentro se produce tras la entrada en funciones de Lee en junio y la firma, a finales de julio, de un acuerdo comercial que redujo los aranceles recíprocos y automotrices al 15 %. Sin embargo, el pacto aún deja cabos sueltos en áreas sensibles como los semiconductores, las inversiones y el sector agrícola, lo que genera incertidumbre sobre su implementación.
Entre los puntos centrales de la cumbre se encuentran la cooperación en semiconductores, baterías, construcción naval, tecnologías avanzadas y minerales críticos, además de la coordinación en materia de defensa. Washington presiona por un mayor compromiso de Seúl en el financiamiento de las Fuerzas Armadas Estadounidenses en Corea del Sur (USFK) y por un incremento en el gasto de defensa, actualmente en 2,32 % del PIB, con reportes que apuntan a exigencias de hasta un 5 %.
El debate sobre la modernización de la alianza, planteado por analistas como Victor Cha del CSIS, incluye posibles cambios en el despliegue militar estadounidense, el reparto de costes y hasta la posibilidad de que Corea del Sur apoye a EE.UU. en escenarios fuera de la península, entre ellos un eventual conflicto en torno a Taiwán, tema delicado en la relación con Pekín.
En materia de seguridad regional, el asesor de seguridad nacional surcoreano Wi Sung-lac reiteró que Seúl y Washington comparten el enfoque de una desnuclearización en tres etapas, pese a que Corea del Norte ha rechazado los gestos de diálogo de Lee. El régimen de Kim Jong-un insiste en que cualquier negociación con Estados Unidos debe excluir el tema nuclear, contradiciendo el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
En el ámbito comercial, las diferencias no son menores. Seúl sostiene que sus chips estarán exentos de los aranceles de hasta el 300 % anunciados por la Administración Trump, aunque Washington no lo ha confirmado públicamente. Tampoco hay claridad en torno al sector agrícola, donde Trump sugirió una apertura que Corea del Sur niega. Además, las declaraciones del secretario de Comercio Howard Lutnick, asegurando que el 90 % de las ganancias de inversiones surcoreanas en EE.UU. beneficiarían a los estadounidenses, fueron rechazadas por Seúl.
Con este trasfondo, la cumbre del lunes se perfila como un ejercicio de equilibrio. Lee intentará consolidar su enfoque pragmático y reafirmar la alianza estratégica, mientras Trump pondrá a prueba hasta qué punto Corea del Sur está dispuesto a acompañar la estrategia global de Washington.
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