Más de mil personas acudieron a la jornada inaugural del programa “Tejiendo Paz” en la junta auxiliar Romero Vargas. El gobierno estatal promueve esta iniciativa como política de prevención de la violencia. Pero mientras se reparten balones y se develan murales, la inseguridad, la pobreza y el abandono urbano siguen sin respuesta.

Puebla de Zaragoza, Pue. — La cancha del Deportivo Romero Vargas fue el escenario donde el gobernador Alejandro Armenta presentó con entusiasmo el programa “Tejiendo Paz”, una estrategia que busca reconstruir el tejido social a través del deporte, el arte y la educación. Con clases de zumba, exhibiciones de lucha libre y finales de fútbol, el evento convocó a más de mil personas. Fue un despliegue festivo, emotivo, pero también profundamente simbólico: la puesta en escena de un intento por gobernar desde la imagen, más que desde las estructuras.

Armenta aseguró que el deporte en Puebla ha dejado de ser una actividad marginal para convertirse en una política de Estado. Reiteró que su administración saldó una deuda de 27 millones de pesos con la CONADE, y anunció la creación de la Universidad del Deporte, una institución con 27 delegaciones estatales y programas especializados en disciplinas como fútbol, boxeo y atletismo. "Un joven deportista respeta a su familia, se respeta a sí mismo y construye una mente triunfadora", afirmó el mandatario.

La jornada fue organizada por la Secretaría de Deporte y Juventud, encabezada por Gabriela “La Bonita” Sánchez, excampeona mundial de boxeo. Desde el micrófono, Sánchez compartió su testimonio personal: una infancia marcada por el bullying y superada —dijo— gracias al boxeo. “Hoy quiero que cada niña y niño en Puebla sepa que también puede salir adelante con disciplina y acompañamiento”. Su historia, emotiva y ejemplar, sirvió como puente narrativo para un programa que aún está por demostrar su verdadero alcance.

Junto al gobernador estuvo también el presidente municipal de Puebla, José Chedraui, quien agradeció que estas jornadas lleguen a las juntas auxiliares y reconoció el valor del arte y la cultura como herramientas para prevenir la violencia. Pero los discursos institucionales no siempre alcanzan a cubrir las grietas urbanas. Ni el mural develado en honor a Sánchez ni las fotos sobre el ring detendrán por sí solos las causas profundas de la fractura social.

“Tejiendo Paz” continuará su recorrido por diversas regiones del estado. En el papel, promueve estilos de vida saludables y previene la violencia; en la práctica, plantea una duda legítima: ¿puede el deporte sustituir a la política social? Sin inversión real en salud, educación, empleo, justicia e infraestructura urbana, estas jornadas corren el riesgo de convertirse en rituales de catarsis pública, más que en herramientas de transformación.