En 2025, la planta de Volkswagen Puebla enfrenta un escenario dual: avances moderados en producción y ventas, pero con la presión creciente de un conflicto laboral que podría paralizar una de las operaciones más estratégicas de la industria automotriz en México.

Puebla de Zaragoza, Pue. — La armadora alemana ha iniciado el año con una reafirmación de su capacidad industrial en Puebla, ensamblando 64,830 unidades en el primer trimestre y consolidando su producción en modelos insignia como el Nuevo Jetta, Nuevo Taos y el arranque controlado del Nuevo Tiguan. El impulso se apoya en innovaciones de manufactura, desde nuevos troqueles hasta un proceso de pintura optimizado que busca reducir costos y mejorar la eficiencia, en sintonía con la estrategia global de digitalización y sostenibilidad.

En el mercado nacional, el Grupo Volkswagen registró un incremento de 3.6% en ventas en los primeros meses de 2025, colocándose como el tercer corporativo multimarca del país. Sin embargo, el buen desempeño comercial se ve matizado por factores de incertidumbre: la amenaza de nuevos aranceles de Estados Unidos y una negociación sindical que concentra la atención de la industria automotriz.

El Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz Volkswagen (SITIAVW) exige un incremento salarial del 14%, cifra superior al ajuste global del año pasado. El emplazamiento a huelga vence el 18 de agosto a las 11:00 horas, y la falta de avances públicos ha obligado a trasladar las negociaciones de Puebla a la Ciudad de México, bajo la mediación del Tribunal Laboral Federal de Asuntos Colectivos. La revisión es exclusivamente salarial, por lo que no requiere consulta a toda la base para su aceptación.

La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra) ha advertido que un aumento de doble dígito podría comprometer la competitividad del sector, sobre todo en un entorno global marcado por presiones comerciales y ajustes en la cadena de suministro. La postura empresarial y sindical sigue siendo hermética, pero ambas partes reconocen que el desenlace tendrá un peso determinante en la viabilidad de la planta y en el patrón de las futuras negociaciones en el sector.

La planta de Volkswagen en Puebla, uno de los centros industriales más importantes de América Latina, se encuentra así en un punto de equilibrio inestable: con un portafolio de producción en crecimiento y ventas en ascenso, pero bajo el riesgo latente de una huelga que podría no solo frenar la producción local, sino también alterar la posición de México como eslabón esencial en la estrategia global del grupo. Lo que ocurra en los próximos días marcará un capítulo decisivo en la historia laboral y productiva de Puebla.