El gobernador Alejandro Armenta Mier rompió el silencio ante la escalada de tensiones en el Centro Histórico de Puebla y lanzó un mensaje contundente a las diez organizaciones que conforman el Frente Ambulante: "El diálogo no significa que se negocie el ejercicio de la ley".

Puebla de Zaragoza, Pue. — En una postura que marca distancia tanto de comerciantes informales como de grupos violentos, el mandatario poblano trazó una línea roja que nadie podrá cruzar. La respuesta del ejecutivo estatal llega en el momento más crítico del conflicto comercial, cuando las acusaciones cruzadas entre el Frente Ambulante y la UPVA 28 de Octubre han convertido las calles del patrimonio histórico de Puebla en un tablero de ajedrez donde cada movimiento puede desatar la violencia.

"Es necesario el orden, es necesario cuidar nuestra ciudad y que las actividades comerciales se lleven bajo los esquemas y protocolos de cuidado", declaró Armenta Mier, estableciendo desde el inicio que su administración no tolerará el caos, independientemente de quién lo genere.

El gobernador demostró conocer a fondo la complejidad del fenómeno: "Entendemos el fenómeno del ambulantaje y atendemos las causas de la pobreza, la marginación", pero advirtió que "no todo el ambulantaje son procesos de opción única contra la pobreza". Una declaración que pone en evidencia la sofisticación de algunas operaciones comerciales que, bajo el disfraz de la necesidad, operan como verdaderas empresas informales.

Mano de Hierro Bajo el Guante de Terciopelo

La estrategia de Armenta revela una comprensión política madura: reconoce que "hay expresiones que están muy sofisticadas con respecto a la cantidad de productos que venden" y que los "empresarios establecidos solicitan la intervención de los gobiernos para la promoción de la regularización". Pero su mensaje es claro: el estado no será rehén de ningún grupo.

"Quien se dedica a actividades ilícitas al amparo de una actividad comercial pues simple y sencillamente está cometiendo una violación a la ley", sentenció, en lo que constituye una advertencia directa a quienes utilizan el comercio como pantalla para operaciones criminales.

El mandatario fue especialmente cuidadoso en no señalar organizaciones específicas: "No me refiero a ninguna organización, no estoy etiquetando, simplemente describo lo que es conocimiento de todos". Una diplomacia calculada que mantiene abiertas las vías del diálogo mientras establece consecuencias claras para quienes crucen las líneas rojas.

Armenta confirmó que el secretario de gobernación, Samuel Aguilar Pala, mantiene coordinación permanente con los ayuntamientos de Puebla, Tehuacán, San Martín, Tepeaca y Huixcolotla, mientras que en materia de seguridad opera bajo la coordinación del vicealmirante Francisco Sánchez González junto con Sedena, Marina y Guardia Nacional.

El gobernador advirtió también sobre "el flujo de estupefacientes" que se oculta "bajo el amparo de la actividad comercial".

La experiencia relatada por Armenta durante su visita a la junta auxiliar Zaragoza el pasado sábado el fenómeno: "Se acercaron primero los comerciantes y luego los vecinos, y los comerciantes pidiendo que siga apoyando para que se instalen, pero primero los vecinos quejándose". Una realidad que evidencia cómo el mismo gobierno enfrenta presiones contradictorias desde la base social.

La postura de Alejandro Armenta Mier es clara: habrá diálogo, pero dentro del marco de la ley. Los grupos organizados, tanto el Frente Ambulante como sus adversarios, conocen ahora las reglas del juego. Armenta Mier señaló que el tema es competencia de los alcaldes, pero también apuntó que el estado poblano no será espectador pasivo de una guerra que amenaza el patrimonio histórico más importante de la entidad.

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