Una ola de violencia y manifestaciones estudiantiles ha sacudido el sistema educativo mexicano en las últimas horas. Asoma una crisis profunda que abarca desde la falta de seguridad en los planteles hasta demandas históricas no resueltas.
CDMX — Tres estados del país registraron protestas simultáneas que reflejan el malestar generalizado de la comunidad estudiantil: CDMX, Puebla, Guerrero.
El episodio más grave ocurrió el pasado lunes 22 de septiembre en el Colegio de Ciencias y Humanidades Sur de la UNAM, donde un estudiante perdió la vida tras ser atacado con arma blanca por otro compañero encapuchado. El agresor también hirió a un trabajador del plantel antes de intentar escapar lanzándose desde un edificio, quedando con las piernas fracturadas y siendo posteriormente detenido.
"Esto nos duele a todos", declaró el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, ante el impacto que ha causado este hecho sin precedentes en la máxima casa de estudios. La institución suspendió clases de manera preventiva mientras se realizan las investigaciones correspondientes.
La respuesta estudiantil no se hizo esperar. Cientos de universitarios bloquearon ambos sentidos de la Avenida Insurgentes, a la altura de Rectoría, exigiendo mayor seguridad en los planteles educativos. La protesta paralizó una de las arterias más importantes de la capital mexicana durante varias horas.
Ayotzinapa: Once Años Sin Respuestas
Paralelamente, en Iguala, Guerrero, el fantasma de Ayotzinapa volvió a manifestarse con inusitada violencia. Estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, acompañados por padres y madres de los 43 desaparecidos, protagonizaron una de las protestas más intensas de los últimos años frente al 27 Batallón de Infantería.
Los manifestantes incendiaron una camioneta y lanzaron petardos hacia el interior de las instalaciones militares, mientras escribían consignas como "26 de septiembre no se olvida", "Ni perdón ni olvido" y "Fue el Ejército" en las bardas del cuartel.
Emiliano Navarrete, padre de uno de los estudiantes desaparecidos, denunció directamente la complicidad militar: los efectivos no solo omitieron evitar la agresión de 2014, sino que participaron activamente en el encubrimiento. Melitón Ortega, vocero de los padres, exigió al gobierno de Claudia Sheinbaum que obligue al Ejército a entregar 800 folios con información oficial sobre los hechos ocurridos la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre de 2014.
Notablemente, los efectivos militares permanecieron al interior sin responder a las agresiones, evitando un choque directo como en protestas anteriores. Elementos de Protección Civil acudieron para sofocar las llamas de la camioneta incendiada.
Puebla: El Reclamo de las Normales Rurales
En Puebla capital, la crisis se manifestó de manera diferente pero igualmente significativa. Alrededor de 100 estudiantes de la Escuela Normal Rural "Carmen Serdán" de Teteles de Ávila Castillo realizaron un plantón frente a las oficinas de la Secretaría de Educación Pública, bloqueando el acceso principal sobre el bulevar Jesús Reyes Heroles.
Las manifestantes llegaron cerca del mediodía en dos autobuses de la línea VIA con matrículas y números de unidad cubiertos, exigiendo diálogo directo con la Secretaría de Gobernación y con el titular de la SEP, Manuel Viveros Narciso. Sus demandas incluyen el despido de los actuales directivos, la prohibición de matrícula externa, recursos para mejorar las condiciones estudiantiles y el respeto a acuerdos previos.
El contraste con la protesta del 2 de septiembre fue notable: ese día, normalistas habían bloqueado el bulevar 5 de Mayo, vandalizado unidades del transporte público y prendido fuego a un camión del RUTA. Esta vez, la manifestación se mantuvo en relativa calma.
El secretario de Gobernación estatal, Samuel Aguilar Pala, reiteró la apertura al diálogo, aunque advirtió que algunas exigencias contravienen la normatividad vigente. Paradójicamente, padres de familia de la Telesecundaria "Mariano Arista" de San José Chiapa también protestaron frente a la SEP por la falta de docente para un salón de 40 alumnos desde hace tres años, retirándose sin resolución por falta de recursos.
Los eventos de estas últimas horas reflejan una crisis multidimensional en el sistema educativo mexicano: desde la violencia intraescolar hasta demandas históricas no resueltas, pasando por la precarización de las condiciones educativas. La simultaneidad de estas protestas en diferentes estados trascienden las fronteras locales y requieren respuestas urgentes.

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