Informes de inteligencia militar revelan que Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública en Tabasco y líder del grupo criminal La Barredora, ordenó asesinar, desaparecer y torturar personas, trasladando los cuerpos a Chiapas para alterar las estadísticas de homicidios estatales.
CDMX —Documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) interceptados por el Centro Regional de Fusión de Inteligencia del Sureste desde 2022 muestran cómo Bermúdez Requena utilizó su posición oficial para operar al margen de la ley. Bajo su mando, el grupo La Barredora ejecutaba a presuntos criminales, pero trasladaba los cuerpos a Chiapas para simular una baja incidencia delictiva en Tabasco. A esta práctica se le denominó internamente “sembrando vidas”, según consta en las comunicaciones del presunto jefe regional del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Juan José de la Cruz Sánchez, alias JJ.
Los reportes señalan que durante la gestión de Bermúdez Requena, entre diciembre de 2019 y enero de 2024, el número de carpetas por homicidio registradas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) bajó de 565 en 2019 a 234 en 2023. Sin embargo, una vez que dejó el cargo, la cifra repuntó a 707 en 2024, un incremento del 200%, lo que sugiere que la reducción previa no reflejaba una baja real en la violencia, sino una manipulación del conteo.
En informes clasificados como Caso JJ, la Sedena identifica a Juan José de la Cruz Sánchez como jefe regional del CJNG en los municipios de Macuspana, Jalapa, Tacotalpa y Teapa. Bajo sus órdenes, se perpetró el secuestro de 30 integrantes del grupo rival La Línea en 2021, liderado por un sujeto conocido como Don Ángel. De acuerdo con el informe, las víctimas fueron torturadas —a algunas se les mutiló el dedo meñique— y obligadas a colaborar bajo amenaza de muerte, en una estrategia de sometimiento y control criminal.
El documento destaca que estas acciones fueron posibles gracias a la colusión entre autoridades estatales y el CJNG, lo que permitió a JJ operar con total impunidad. “Se evidencia la corrupción de las autoridades estatales de Tabasco con el Cártel Jalisco Nueva Generación”, cita el informe, advirtiendo que cualquier intento de acción legal habría sido frustrado por filtraciones internas y una posible escalada de violencia.
En las últimas comunicaciones intervenidas por inteligencia, JJ expresó su descontento con los operadores de Bermúdez Requena, afirmando que “están haciendo mal las cosas” y advirtiendo que “no tardarán en que se los ejecute el gobierno”. Estas revelaciones perfilan una estructura criminal institucionalizada en la que la seguridad pública fue utilizada como instrumento de control y encubrimiento.
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