La presidenta Claudia Sheinbaum recibió en Palacio Nacional al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, en lo que se convirtió en la reunión binacional más significativa de su primer año de gobierno.

CDMX — El encuentro culminó con la firma de un programa de cooperación para enfrentar al crimen organizado, reforzar la seguridad en la frontera y frenar el tráfico de drogas, armas y migración irregular.

La mañana se abrió en el Zócalo de la Ciudad de México con el sonido de las sirenas que escoltaron al convoy estadounidense. Con pasos firmes, Marco Rubio descendió de su vehículo oficial, acompañado por el embajador Ronald Johnson. Ambos fueron recibidos en la puerta principal de Palacio Nacional por el canciller Juan Ramón de la Fuente, encargado de conducirlos hasta el despacho presidencial. Afuera, los reflectores de la prensa daban cuenta de la expectativa que generaba la primera visita de un alto funcionario del gobierno de Donald Trump a la mandataria mexicana.

El encuentro privado transcurrió en tensa calma. Tras la reunión, los equipos de ambas delegaciones dieron paso a la presentación pública de los acuerdos alcanzados. El anuncio fue claro: la relación bilateral en materia de seguridad ingresaba a una nueva etapa con el lanzamiento del “Programa de cooperación sobre seguridad fronteriza y aplicación de la ley”.

En conferencia de prensa, Rubio y De la Fuente leyeron el comunicado conjunto en el que México y Estados Unidos asentaron que el nuevo entendimiento descansa en cuatro ejes fundamentales: reciprocidad, respeto a la soberanía e integridad territorial, responsabilidad compartida y confianza mutua. Bajo esos principios, se acordó un plan para desmantelar al crimen organizado transnacional, enfrentar el tráfico de fentanilo y otras drogas, detener el paso de armas ilegales y atender la migración irregular en la frontera.

El acuerdo incluyó compromisos específicos: crear un grupo de implementación de alto nivel que se reunirá periódicamente, incrementar inspecciones conjuntas, eliminar túneles clandestinos, rastrear flujos financieros ilícitos, prevenir el robo de combustible y fortalecer la colaboración judicial y de inteligencia entre ambas naciones.

Los gobiernos destacaron que la cooperación ya ha permitido avances en el aseguramiento fronterizo, la reducción del tráfico de drogas sintéticas y el intercambio de información estratégica. En paralelo, asumieron la tarea de coordinar campañas binacionales para prevenir el consumo de opioides y otras sustancias ilícitas, integrando la dimensión de salud pública al esfuerzo de seguridad.

Al cierre de la jornada, la mandataria mexicana subrayó el carácter histórico del acuerdo con palabras que compartió en sus redes sociales: “Durante el encuentro cordial con el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, acordamos el programa de cooperación sobre seguridad fronteriza y aplicación de la ley, luego de varios meses de trabajo. Está basado en cuatro ejes: reciprocidad; respeto a la soberanía e integridad territorial; responsabilidad compartida y diferenciada, así como confianza mutua.”

Comunicado conjunto México-Estados Unidos

Los gobiernos de México y Estados Unidos reafirman su cooperación en materia de seguridad, la cual se basa en los principios de reciprocidad, respeto a la soberanía e integridad territorial, responsabilidad compartida y diferenciada, así como en la confianza mutua. El objetivo es trabajar juntos para desmantelar el crimen organizado transnacional mediante una cooperación reforzada entre nuestras respectivas instituciones de seguridad nacional, cuerpos de seguridad y autoridades judiciales. Además, colaboramos para atender el movimiento ilegal de personas a través de la frontera. Esta cooperación, a través de acciones específicas e inmediatas, fortalecerá la seguridad a lo largo de nuestra frontera compartida, detendrá el tráfico de fentanilo y otras drogas ilícitas, y pondrá fin al tráfico de armas.

Los dos gobiernos han establecido un grupo de implementación de alto nivel que se reunirá regularmente para dar seguimiento a los compromisos mutuos y las acciones tomadas dentro de sus propios países, incluyendo medidas para contrarrestar a los cárteles, fortalecer la seguridad fronteriza, eliminar los túneles fronterizos clandestinos, abordar los flujos financieros ilícitos, mejorar la colaboración para prevenir el robo de combustible, incrementar las inspecciones, investigaciones y procesos judiciales para detener el flujo de drogas y armas.

Nuestra estrecha coordinación nos ha permitido asegurar la frontera, reducir el tráfico de fentanilo y avanzar en el intercambio de inteligencia, todo dentro de nuestros respectivos marcos legales. Los dos gobiernos tienen la intención de fortalecer aún más la colaboración en materia de salud pública y coordinar campañas para prevenir el abuso de sustancias ilícitas y opioides.

Ambos gobiernos reafirman su determinación de cooperar, proteger a nuestros ciudadanos y hacer que nuestras comunidades sean más seguras.

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