El almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles reconoció la necesidad de fortalecer los controles internos de la institución tras la detención de marinos vinculados a una red de tráfico de combustibles que operó en puertos y aduanas del país.

CDMX — La Secretaría de Marina enfrenta una de las crisis más serias de su historia. La captura de varios elementos navales por su presunta participación en el desvío y desembarque ilegal de hidrocarburos obligó a su titular, el almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, a ofrecer un mensaje público donde intentó defender el prestigio institucional al tiempo que reconocía fallas internas.

El almirante Raymundo Pedro Morales Ángeles, titular de la dependencia, debió explicar públicamente cómo una institución con más de dos siglos de existencia llegó a tener entre sus filas a elementos relacionados con el llamado huachicol fiscal, una red que permitió el desembarco ilegal de combustible en al menos 31 buques y que provocó pérdidas multimillonarias a la hacienda pública.

“La Secretaría de Marina está comprometida con su activo más valioso, que es su personal. Por eso establecemos mecanismos para detectar malas prácticas y las sancionamos conforme a derecho”, señaló Morales. Sin embargo, la existencia de una red en la que participaron al menos cinco marinos en activo, y uno retirado, plantea dudas sobre la eficacia de dichos mecanismos.

En su discurso, el secretario buscó aislar la responsabilidad en individuos concretos. “Actúa de manera contundente contra unos cuantos, los cuales no representan a una Marina que ha velado por su honor por más de 200 años”, afirmó. El mensaje subrayó que las detenciones derivan de órdenes judiciales emitidas por un juez federal y que el proceso corresponde al fuero penal, deslindando a la institución de una responsabilidad directa.

Morales insistió en que “la Marina mantiene una política de cero tolerancia a la corrupción” y que los actos detectados no pueden empañar el desempeño del resto del personal. “Con ello honramos a nuestro personal que se conduce con los valores que caracterizan a nuestra institución: honor, deber, patriotismo y, sobre todo, lealtad al pueblo de México”, expresó, aunque sin detallar cómo se permitió que las operaciones ilícitas avanzaran durante años sin ser descubiertas.

El mensaje incluyó también una advertencia: “En la Marina, la ley es para todos. Con la institución y con los encargos que el pueblo de México nos ha conferido, no podemos ser tibios”. Estas palabras fueron interpretadas como una señal hacia el interior de la dependencia, sugiriendo que podrían venir nuevas investigaciones y sanciones contra otros elementos.

Al mismo tiempo, el secretario aseguró que “la Marina fortalece sus controles internos y procedimientos disciplinarios para prevenir y erradicar malas prácticas”. Pero la admisión de que dichos controles necesitan reforzarse confirma que no fueron suficientes para contener la red que operó en puertos estratégicos y que permitió el ingreso ilegal de combustibles mediante empresas fachada.

En su intento de mantener el equilibrio entre la legalidad y la defensa institucional, Morales también destacó: “Esta dependencia garantiza y vela por el cumplimiento al debido proceso del personal naval detenido, sin permitir en ningún momento que se actúe bajo otros factores ajenos a la legalidad”.

A lo largo de su mensaje, el secretario apeló repetidamente a los más de 200 años de historia de la Marina, presentándolos como escudo frente al descrédito. “Una Marina que ha velado por su honor por más de 200 años”, dijo, en un intento por reforzar la narrativa de continuidad y lealtad en medio de la crisis. Sin embargo, el propio énfasis en el pasado muestra la magnitud del impacto que este caso tiene sobre la percepción pública.

La conclusión del almirante fue contundente: “Defender y enaltecer a la institución significa cero impunidad en ningún acto de servicio y por ningún motivo de corrupción”. Con esta promesa dejó claro que la Marina se encuentra bajo escrutinio y que su capacidad para responder con resultados será determinante para recuperar la confianza en la institución naval.

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