El deceso del Capitán Abraham Jeremías Pérez Ramírez, ocurrido en instalaciones de la Marina en Altamira, ha abierto un nuevo frente de dudas en torno al entramado del huachicol fiscal, mientras autoridades federales insisten en desligarlo de las investigaciones en curso.
CDMX — El Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, aseguró sin presentar pruebas que la muerte del mando naval es un asunto “totalmente personal” y ajeno al esquema de contrabando de combustibles. “Ese es un hecho que no es un delito federal, es una situación totalmente de orden personal... esa persona no estaba vinculada con ninguno de los casos que estamos llevando”, afirmó en conferencia mañanera.
La versión contrasta con información publicada y confirmada, que documentó que el Capitán había sido señalado en expedientes de la FGR como receptor de un soborno de 100 mil pesos, a través de intermediarios, para permitir la descarga de un buque con combustible ilegal en abril de 2024, cuando estaba al frente de la Unidad de Protección Portuaria de Tampico.
De acuerdo con esas indagatorias, Pérez Ramírez formaba parte de la red de funcionarios operada por el Vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna y el Contralmirante Fernando Farías Laguna, acusados de encabezar el contrabando en puertos como Altamira y Tampico.
El hallazgo del cuerpo se produjo la mañana del 8 de septiembre dentro de una camioneta oficial en el recinto portuario de Altamira. La Secretaría de Marina confirmó el deceso y expresó condolencias a la familia del mando fallecido.
En Palacio Nacional, la Presidenta Claudia Sheinbaum también lamentó el suicidio y expresó su respaldo a la institución naval, aunque subrayó que no hay certeza de que el Capitán estuviera ligado a la red de huachicol fiscal. “Nosotros no acusamos a nadie que no esté dentro de las líneas de investigación... este caso muestra elementos que se corrompieron y que, una vez que se descubre, se actúa”, declaró.
Apenas la semana pasada fueron detenidos 14 funcionarios, marinos y empresarios presuntamente vinculados al contrabando de hidrocarburos. El suicidio del Capitán, más allá de la versión oficial, deja abiertos cuestionamientos sobre el alcance real de la red y los nombres que podrían estar aún protegidos.
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