Una granizada fuera de temporada azotó Atlixco en pleno octubre y destruyó hectáreas de flor de cempasúchil. Aun así, los productores locales reabrieron los campos y dieron inicio a la temporada que viste de naranja el corazón de Puebla.

Atlixco, Pue. — Los campos de Atlixco vuelven a teñirse de color, a pesar de las pérdidas por la fuerte granizada que afectó cultivos a solo días del Día de Muertos. El temporal no detuvo a los productores poblanos, que ya preparan manojos, arreglos y plantas para la venta local y regional.

En Puebla se concentra el 72 por ciento de la producción nacional de flor de cempasúchil. Son 44 municipios productores y más de 1,591 hectáreas dedicadas al cultivo de esta flor emblemática. Cada tallo representa no solo una tradición, sino también el sustento de miles de familias rurales.

En comunidades como Atlixco, Tianguismanalco, Palmar de Bravo y Huaquechula, los campos ya lucen intensos tonos anaranjados. Los productores confían en una buena temporada de ventas, impulsada por la preferencia del público y la calidad de la flor poblana, reconocida a nivel nacional.

El inicio de la cosecha también simboliza la resistencia del campo poblano: entre la incertidumbre del clima y los golpes de la naturaleza, el cempasúchil florece una vez más como emblema de vida, memoria y esperanza.

Cada flor que compramos a los productores locales fortalece la economía rural y preserva una de las tradiciones más profundas de México.

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