El conflicto económico entre las dos mayores potencias del mundo escaló este martes con la entrada en vigor de aranceles portuarios recíprocos y sanciones cruzadas, marcando una nueva fase de tensión que amenaza con descarrilar cualquier intento de tregua.

MexconomyChina y Estados Unidos protagonizaron una nueva jornada de fricción comercial tras imponer aranceles portuarios mutuos y nuevas sanciones a empresas estadounidenses vinculadas con la naviera surcoreana Hanwha Ocean. Las medidas consolidan un nuevo capítulo en el pulso entre las dos mayores economías del planeta, apenas una semana después de que Pekín restringiera la exportación de tierras raras y Washington amenazara con aplicar aranceles de hasta 100% a los productos chinos.

China impone tasas portuarias recíprocas

El Ministerio de Transporte de China confirmó la entrada en vigor de tarifas especiales sobre los buques de propiedad, operación o bandera estadounidense, en respuesta directa a los recargos aplicados por Estados Unidos a las embarcaciones chinas. Washington cobra actualmente 50 dólares por tonelada neta a los navíos del país asiático, con aumentos graduales previstos hasta 2028. Pekín respondió con tarifas equivalentes, aunque eximirá a los barcos construidos en su territorio o que arriben vacíos para reparaciones.

Las autoridades chinas también anunciaron una investigación conjunta con otros organismos para evaluar el impacto de las medidas estadounidenses en la seguridad y el desarrollo de su industria marítima. El comunicado oficial advierte que las pesquisas podrían derivar en “acciones apropiadas” para defender los intereses nacionales.

Sanciones a empresas vinculadas a Hanwha Ocean

De forma paralela, el Ministerio de Comercio chino incluyó a cinco filiales estadounidenses de la empresa surcoreana Hanwha Ocean en su lista de entidades sancionadas por colaborar con la investigación del gobierno estadounidense sobre la industria naval china. Las firmas afectadas tienen prohibido realizar transacciones o cooperar con organizaciones o individuos en territorio chino.

Pekín justificó la medida en la necesidad de “salvaguardar la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo” del país, y calificó los aranceles de Washington como una “grave violación del derecho internacional” y de los principios de competencia leal. Además, acusó a Estados Unidos de usar el proteccionismo como herramienta política y de vulnerar las normas de la Organización Mundial del Comercio.

En un comunicado posterior, el Ministerio reiteró: “China no busca una guerra comercial, pero tampoco la teme. Si se trata de pelear, pelearemos hasta el final; si se trata de dialogar, las puertas están abiertas”.

Gravámenes a madera y muebles

De forma simultánea, Estados Unidos puso en marcha nuevos aranceles de 10% a la madera aserrada y blanda importada, y de 25% a muebles, gabinetes de cocina y tocadores de madera, con incrementos previstos a partir de 2026. China, uno de los principales proveedores globales de bajo costo, figura entre los países afectados, mientras que Reino Unido, la Unión Europea y Japón quedaron exentos.

Los analistas anticipan que las compañías chinas del sector enfrentarán mayores costos de acceso al mercado estadounidense, lo que podría trasladarse a los precios para los consumidores norteamericanos.

Escalada antes de la cumbre de la APEC

El repunte de tensiones llega en un momento crítico. Pekín y Washington habían intentado reconstruir canales de diálogo en los últimos meses, pero las hostilidades recientes amenazan con deshacer cualquier avance. La incertidumbre ahora se centra en si los líderes Xi Jinping y Donald Trump concretarán su encuentro previsto para finales de octubre durante la cumbre de la APEC en Corea del Sur, y si la tregua comercial, vigente hasta noviembre, podrá sostenerse.

La guerra comercial, que parecía adormecida, vuelve a ocupar el centro de la escena global. Esta vez, con advertencias más duras y una señal inequívoca: el desacoplamiento económico entre China y Estados Unidos avanza sin retorno.

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