"El reto de fondo es de credibilidad", repite Ricardo Anaya una y otra vez cuando habla del "Nuevo PAN". "Vas a ganar una elección cuando te crean. Si no te creen, no votan por ti". Es un diagnóstico correcto. Pero hay una contradicción fundamental en cómo Anaya aplica ese criterio: Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón, está en prisión en Estados Unidos condenado por vínculos con el narcotráfico.
RG Revista — Anaya lo menciona como ejemplo del desgaste que el PAN debe reconocer. Pero Jorge Romero, Santiago Taboada, ex alcaldes de Benito Juárez señalados por múltiples medios como el "Cártel Inmobiliario". ¿Cuál es la diferencia?
La respuesta revela que la "credibilidad" del Nuevo PAN no es un estándar objetivo. Es selectiva según lealtades políticas.
El discurso de la credibilidad
En la entrevista sobre el tema, Anaya usa la palabra "credibilidad" decenas de veces. Es su concepto central, su respuesta a todo, su explicación del fracaso pasado y su promesa de futuro.
"Por un lado hay un problema severo por la manera en la que Morena está ejerciendo el poder", analiza. "Pero por otro lado también la oposición está en crisis porque la gente hoy no identifica a la oposición como una alternativa. Y ese es el reto de todos los partidos de la oposición: que el que dice 'no me gusta lo que está haciendo Morena' te vea no solo como un opositor sino como una alternativa y te dé el voto de confianza para que haya un cambio. Y claramente todavía no estamos ahí".
El diagnóstico es impecable. Y Anaya identifica tres fuentes del problema de credibilidad del PAN:
Primero, la corrupción en gobiernos panistas: "El hecho de que García Luna, por ejemplo, pues esté en la cárcel, claro que implica un desgaste para el PAN".
Segundo, la alianza PRIAN: "La alianza del PAN con el PRI en términos político-electorales fue costosísimo para el PAN... muchísima gente dijo 'yo por ahí ni a la esquina'".
Tercero, el control de cúpulas: "Ya no van a ser unos cuantos los que controlan el partido... ahora lo que vamos a hacer es escuchar a la gente".
Tres diagnósticos correctos. Pero cuando se trata de aplicar el remedio, Anaya usa una doble vara reveladora.
El caso García Luna: crítica sin ambigüedades
Genaro García Luna fue Secretario de Seguridad Pública durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012). Responsable de la estrategia de seguridad que dejó más de 100,000 muertos, García Luna fue arrestado en Dallas, Texas, en diciembre de 2019, acusado de recibir millones de dólares del Cártel de Sinaloa a cambio de protección.
En febrero de 2023, un jurado en Nueva York lo declaró culpable de cinco cargos federales, incluidos conspiración para traficar cocaína y participación en una empresa criminal continua. Fue sentenciado a más de 38 años de prisión.
La postura de Anaya sobre García Luna es clara y contundente: "Está en la cárcel y reconozcamos que lo que él hizo está mal. Claro que implica un desgaste para el PAN".
Cuando habla del caso, Anaya no busca excusas, no defiende a García Luna con argumentos testimoniales, no dice "lo conozco y le creo". Simplemente reconoce: fue un error, está pagando por ello, y el PAN debe asumir el costo político.
¿Por qué puede Anaya ser tan claro con García Luna? Porque García Luna no es de su grupo político. Es del gobierno de Calderón, es del pasado del PAN, es alguien a quien criticar no afecta su estructura de poder actual.
De hecho, criticar a García Luna le sirve a Anaya: demuestra que el Nuevo PAN sí reconoce errores, sí exige rendición de cuentas, sí tiene estándares.
Pero hay otro caso de corrupción que pone a prueba esos estándares. Y ahí la respuesta de Anaya es radicalmente diferente.
El caso del Cártel Inmobiliario: "lo conozco, le creo"
El 26 de julio de 2020, una instalación de gas explotó en un edificio de la colonia Narvarte, en la alcaldía Benito Juárez de la Ciudad de México. La explosión mató a dos personas y dejó decenas de heridos. Pero además de la tragedia inmediata, detonó una investigación que reveló un sistema de corrupción.
Vecinos organizados y periodistas descubrieron que funcionarios de la alcaldía poseían departamentos en edificios de reciente construcción en la zona. La investigación reveló un patrón: constructores entregaban departamentos a funcionarios a cambio de permisos de construcción irregulares, cambios de uso de suelo, y facilidades administrativas.
El sistema fue documentado por múltiples medios: Animal Político, Mexicanos Contra la Corrupción, Reforma, El Universal. No fue una investigación aislada ni un rumor político. Fue periodismo de investigación con nombres, direcciones, escrituras públicas y testimonios.
El alcalde de Benito Juárez en ese periodo (2018-2023) era Santiago Taboada, del PAN. Taboada negó tener conocimiento del sistema y señaló que fueron "funcionarios de nivel medio" quienes incurrieron en irregularidades. Algunos funcionarios fueron destituidos, pero nunca hubo una investigación profunda ni rendición de cuentas institucional.
El término "Cártel Inmobiliario" se popularizó para describir este sistema. Y aunque el gobierno de la Ciudad de México —entonces encabezado por Claudia Sheinbaum de Morena— también fue acusado de proteger intereses inmobiliarios, el caso de Benito Juárez destacó por la evidencia documentada de enriquecimiento de funcionarios.
Para 2024, Santiago Taboada no solo no había sido investigado a profundidad, sino que fue promovido en el CEN de PAN bajo la presidencia de Jorge Romero.
Romero, por su parte, también es una figura vinculada al grupo político de Benito Juárez. Y cuando se le pregunta a Ricardo Anaya sobre estos señalamientos, su respuesta es reveladora.
"Yo este tema lo he platicado con Jorge Romero y le creo", dice Anaya. "Le creo a Jorge porque... lo conozco, veo su nivel de vida, dónde vive, cómo vive, y considero que él es un agente decente".
No menciona a Taboada directamente. No explica la responsabilidad política de quien era el alcalde cuando el sistema operaba. No ofrece ninguna investigación transparente ni rendición de cuentas institucional.
Su argumento es puramente testimonial y personal: "Lo conozco, le creo".
Más aún, su criterio de inocencia es: "Veo su nivel de vida". Es decir, como no vive ostentosamente, debe ser honesto.
Es el mismo argumento que Andrés Manuel López Obrador y Morena usan para defender a funcionarios cuestionados. Es el mismo argumento que el viejo PRI usaba. Es la lógica del compadrazgo, no de las instituciones.
La doble vara
La comparación es devastadora:
GARCÍA LUNA
• Condenado en Estados Unidos por vínculos con narco
• NO es del grupo político de Anaya
• Anaya lo critica sin ambigüedades: "Está en la cárcel, reconozcamos que lo que hizo está mal"
• Criterio: Justicia formal (hay sentencia)
• Consecuencia política: "Implica desgaste para el PAN"
ROMERO/TABOADA (Cártel Inmobiliario)
• Señalados por periodistas y vecinos organizados por sistema de corrupción
• Sí son del grupo político de Anaya
• Anaya los defiende: "Lo conozco, le creo", "Es un agente decente"
• Criterio: Confianza personal ("veo su nivel de vida")
• Consecuencia política: Promoción a los cargos más altos del PAN
¿Cuál es la diferencia? La lealtad política.
García Luna puede ser criticado porque criticarlo no afecta el poder actual de Anaya. De hecho, lo fortalece mostrando que "el Nuevo PAN sí reconoce errores".
Romero y Taboada no pueden ser investigados porque son piezas clave del control que Anaya tiene sobre el PAN. Cuestionarlos sería cuestionar la estructura de poder que él mismo construyó.
Y ahí es donde el discurso de la "credibilidad" se derrumba.
Porque Anaya mismo admite el problema transversal: "No existe en el mundo, mucho menos en México, un partido político que haya ejercido el poder y que no tenga casos concretos [de corrupción]. Eso sucede cuando gobiernas".
Pero luego añade la pregunta clave: "El tema es: ¿quién castiga a los corruptos? ¿Por complicidad? ¿Por cálculo político?"
Y critica a Morena: "Hoy tienen todo el poder; podrían castigar a cualquiera de los que todos sabemos que andan en malos pasos. Y una de dos: o no lo hacen porque tienen una complicidad con esa persona, porque esa persona aportó dinero, aportó capital político; o porque hacen un cálculo electoral".
La crítica es correcta. Pero Anaya no ve que está describiendo exactamente lo que él hace con Romero y Taboada.
No los castiga porque tienen una complicidad política: son su grupo, su estructura de poder, sus aliados en el control del PAN. Y porque hay un cálculo político: castigarlos sería "darle argumentos a la oposición para decir 'ya ven cómo sí eran corruptos'".
La lógica de la lealtad
Lo que Anaya está revelando, sin decirlo explícitamente, es que el "Nuevo PAN" opera bajo una lógica de lealtad personal sobre principios institucionales.
Las reglas no escritas son:
1. Si eres del grupo de Anaya → Te defienden con argumentos testimoniales ("lo conozco, le creo")
2. Si NO eres del grupo → Te critican con estándares objetivos (García Luna "está en la cárcel")
3. Si eres adversario externo → Te atacan sin cuartel (Morena, "huachicol fiscal")
Esta lógica no es exclusiva de Anaya ni del PAN. Es la lógica que domina la política mexicana en todos los partidos. Es exactamente la lógica que Morena usa, que el viejo PRI usaba, que todo grupo político en el poder usa.
El problema es que Anaya dice que el Nuevo PAN es diferente. Que viene a recuperar credibilidad. Que tiene estándares que Morena no tiene.
Pero cuando se pone a prueba esos estándares con el caso del Cártel Inmobiliario, resulta que los estándares son los mismos que critica en los demás.
Un periodista que investigó el Cártel Inmobiliario comentó: "Cuando Anaya defiende a Romero diciendo 'lo conozco, le creo', está usando exactamente el mismo argumento que AMLO usa para defenderse, que Nahle usa, que cualquier político corrupto usa. Es el argumento del compadre: 'yo te creo porque eres mi amigo'. Eso no es rendición de cuentas. Eso es complicidad".
Y tiene razón. Porque la rendición de cuentas institucional no se basa en "yo lo conozco y le creo". Se basa en investigaciones transparentes, criterios objetivos, y consecuencias independientes de quién sea el investigado.
Si Anaya realmente creyera en credibilidad institucional, diría: "Sobre el Cártel Inmobiliario hubo señalamientos serios de múltiples medios. Jorge y Santiago niegan las acusaciones. El PAN debería hacer una investigación interna transparente, contratar auditores externos, revisar la actuación de la alcaldía Benito Juárez, y publicar resultados. Si hay responsabilidades, que se asuman. Si no las hay, que se demuestre. Porque el PAN no puede pedir credibilidad a la gente si no investiga a sus propios cuadros".
Pero no dice eso. Dice: "Lo conozco, le creo".
Y con eso, destruye todo el discurso de la credibilidad.
Porque la gente no es tonta. La gente ve que García Luna —que no es del grupo— es criticado sin piedad. Y ve que Romero/Taboada —que sí son del grupo— son defendidos sin investigación.
Y la conclusión es obvia: la "credibilidad" del Nuevo PAN no es un estándar objetivo. Es selectiva según lealtades.
Y si es selectiva, no es credibilidad. Es partidismo.
Y si es partidismo, entonces el Nuevo PAN no es diferente del viejo PAN, ni de Morena, ni del PRI, ni de ningún grupo político que prioriza lealtades sobre instituciones.
Es solo otro grupo que llegó al poder y usa el discurso de la renovación para consolidar su control.
Con una agravante: que además de consolidar control, el Nuevo PAN está construido sobre una venganza personal que nunca se resolvió. Y eso, como veremos en el último reportaje de esta serie, lo hace no solo ineficaz, sino potencialmente peligroso.
Porque un grupo político que usa doble vara en la rendición de cuentas, que defiende a los suyos con "lo conozco y le creo", que critica en otros lo que practica en casa, y que además tiene como pilar una venganza contra el PRI por agravios de 2018...
...no es una alternativa a Morena.
Es un espejo de Morena.
Y México no necesita más espejos. Necesita algo genuinamente diferente.
Cómo Anaya aplica estándares diferentes según lealtades políticas
Secretario de Seguridad Pública (2006-2012)
Gobierno de Felipe Calderón
• Vínculos con Cártel de Sinaloa
• Recibió millones de dólares
• Conspiración para traficar cocaína
• Arrestado en Dallas (2019)
• Condenado en Nueva York (2023)
• 38+ años de prisión
❌ NO es de su grupo político
"Está en la cárcel y reconozcamos que lo que él hizo está mal"
"Claro que implica un desgaste para el PAN"
Criterio: Justicia formal (hay sentencia)
Tono: Crítica sin ambigüedades
• Santiago Taboada: Alcalde Benito Juárez (2018-2021)
• Jorge Romero: Jefe Delegacional BJ (2012-2015)
• Sistema de corrupción documentado
• Permisos a cambio de departamentos
• Enriquecimiento de funcionarios
• Investigado por múltiples medios
• Nunca investigados a fondo
• Sin proceso judicial
• Promovidos en el PAN
• Taboada: PAN CDMX
• Romero: Presidente PAN
✅ SÍ son de su grupo político
"Yo este tema lo he platicado con Jorge Romero y le creo"
"Le creo a Jorge porque lo conozco"
"Veo su nivel de vida, dónde vive, cómo vive"
"Considero que él es un agente decente"
Criterio: Confianza personal
Tono: Defensa testimonial
LA LEALTAD POLÍTICA
García Luna puede ser criticado porque NO afecta el poder actual de Anaya
Romero/Taboada no pueden ser investigados porque SON su estructura de poder
→ Te defienden con argumentos testimoniales
→ "Lo conozco, le creo"
→ Sin investigación institucional
→ Te critican con estándares objetivos
→ "Está en la cárcel, reconozcamos el error"
→ Exigencia de rendición de cuentas
→ Te atacan sin cuartel
→ Morena: "Huachicol fiscal, corrupción institucionalizada"
→ Exigencia máxima de transparencia
"Hoy tienen todo el poder"
"Podrían castigar a cualquiera"
"No lo hacen por complicidad"
"Porque esa persona aportó dinero, capital político"
"O por cálculo electoral"
"Para no dar argumentos a la oposición"
Controla CEN (Romero/Taboada/él)
Podría investigar Cártel Inmobiliario
No lo hace: "Lo conozco, le creo"
Porque Romero/Taboada son su estructura de poder
Cálculo político: investigarlos debilitaría su grupo
Para no dar argumentos a Morena sobre corrupción panista
La crítica a Morena describe exactamente lo que hace el Nuevo PAN
Cuando Anaya defiende a Romero diciendo 'lo conozco, le creo', está usando exactamente el mismo argumento que AMLO usa, que Nahle usa, que cualquier político corrupto usa. Es el argumento del compadre: 'yo te creo porque eres mi amigo'. Eso no es rendición de cuentas. Eso es complicidad.
— Periodista que investigó el Cártel Inmobiliario
Explosión de instalación de gas en edificio, Narvarte (Benito Juárez)
2 muertos, decenas de heridos
Vecinos organizados descubren:
Funcionarios de alcaldía tienen departamentos en edificios nuevos
Medios documentan el sistema:
• Animal Político
• Mexicanos Contra la Corrupción
• Reforma, El Universal
Constructores entregaban departamentos a funcionarios
↓
A cambio de permisos irregulares, cambios de uso de suelo
↓
Enriquecimiento sistemático
Alcalde: Santiago Taboada (PAN) 2018-2023
Taboada negó conocimiento
Algunos funcionarios destituidos
Nunca hubo investigación profunda
Santiago Taboada → Control PAN CDMX
Jorge Romero → Presidente del PAN
Sin investigación, sin rendición de cuentas
Si el problema del PAN es credibilidad...
¿Cómo puede exigir credibilidad a la gente si no investiga a sus propios cuadros?
¿Cómo puede criticar a Morena por proteger a los suyos si hace exactamente lo mismo?
¿Cómo puede decir que el Nuevo PAN es diferente si usa la misma doble vara?
La respuesta implícita:
No puede. La "credibilidad" del Nuevo PAN es selectiva según lealtades.
Y si es selectiva, no es credibilidad. Es partidismo.

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