A mediados de octubre de 2025, el Partido Acción Nacional celebró un evento de "relanzamiento" que presentó como una profunda renovación ideológica y organizativa. Jorge Romero, el nuevo presidente del CEN, anunció tres pilares fundamentales: apertura de afiliación, nuevo método de selección de candidatos, y fin del esquema de alianzas. Pero un análisis detallado revela que cada uno de estos pilares esconde una estrategia de consolidación de poder del grupo de Ricardo Anaya
RG Revista — "Lo que ustedes vieron ahí ya es la conclusión de un ejercicio muy profundo de autocrítica", explicó Anaya. "De entrada, el PAN reconoce tres errores garrafales que se están tratando de corregir a partir del relanzamiento".
Esos tres errores, según Anaya, eran: un sistema cerrado de afiliación controlado por élites, un método de selección de candidatos dominado por "cúpulas" y "padroneros", y una estrategia de alianzas que diluyó la identidad del partido, específicamente la coalición con el PRI conocida como PRIAN.
Pero hay un patrón revelador: los tres "errores" corresponden a decisiones tomadas por grupos que no eran el de Anaya. Y los tres "pilares" de corrección consolidan el control del grupo que ahora lidera el partido.
Primer pilar: Apertura de afiliación (o cómo reconfigurar el padrón)
"Primero es la apertura para que te puedas afiliar", enfatizó Anaya al describir el nuevo modelo. El discurso oficial presenta esto como democratización: cualquier ciudadano podrá ahora afiliarse al PAN sin las barreras burocráticas del pasado.
Suena razonable. ¿Quién podría oponerse a abrir las puertas de un partido político?
Pero politólogos e historiadores de partidos identifican un patrón conocido en esta estrategia: la "inundación" del padrón. Consiste en incorporar masivamente nuevos militantes leales al grupo en el poder, diluyendo así la influencia de militantes históricos que responden a otros liderazgos.
El precedente más claro en México es el propio Andrés Manuel López Obrador en el PRD durante los años 90, y posteriormente en la fundación de Morena. En ambos casos, AMLO utilizó la incorporación masiva de nuevos miembros para reconfigurar las correlaciones internas de poder.
Las preguntas técnicas que el "Nuevo PAN" no responde son reveladoras: ¿Quién controla el proceso de afiliación? ¿Quién valida las nuevas afiliaciones? ¿Quién decide qué solicitudes se aprueban y cuáles se rechazan? ¿Qué requisitos se exigen?
La respuesta a todas ellas es la misma: el Comité Ejecutivo Nacional, controlado por Jorge Romero (presidente).
Es decir, el grupo que actualmente controla el PAN es el mismo que controlará quién entra y quién no al partido "renovado".
Segundo pilar: Nuevo método de selección (o centralización con narrativa democrática)
"Cómo vamos a elegir candidatos" es el segundo pilar, y según Anaya, representa un cambio "radical": "En lugar de que sean las cúpulas las que definen o quienes tienen control de la militancia, los famosos padroneros, ahora vamos a elegir candidatos en función de lo que quiera la gente: encuestas, primarias".
La propuesta suena impecable: democratizar la selección de candidatos, quitarle poder a las élites, escuchar a la ciudadanía.
Pero hay una contradicción reveladora en el propio discurso de Anaya. Cuando se le pregunta por qué él no compite por la gubernatura de Querétaro —su estado natal y donde tendría más probabilidades de ganar—, su respuesta es: "Yo no llevo cinco, seis, siete años recorriendo las colonias, los municipios, las comunidades de Querétaro... Yo no voy a ir a descomponer algo que va caminando bastante bien".
Si el nuevo método realmente es "lo que la gente quiera" medido por encuestas, ¿no ganaría Anaya —la figura panista más conocida nacionalmente— cualquier encuesta en Querétaro? ¿Por qué se auto-descarta?
La respuesta implícita es que el nuevo método no es tan democrático como se presenta. Porque las preguntas técnicas, nuevamente, son reveladoras:
¿Quién diseña las encuestas? ¿Quién las paga? ¿Quién selecciona a las encuestadoras? ¿Quién interpreta resultados ambiguos o empates técnicos? ¿Qué pasa cuando una encuesta dice una cosa y una primaria dice otra? ¿Quién decide qué método se usa en cada caso: encuesta, primaria, o asamblea?
La respuesta, invariablemente, es: el CEN. Es decir, Romero y Anaya.
El "nuevo método" no elimina el control de las cúpulas. Lo centraliza más, pero con una narrativa democrática que lo legitima. Antes, los caciques regionales controlaban sus territorios. Ahora, el CEN nacional controla qué mecanismo se usa en cada territorio.
Un caso de estudio es revelador. En las elecciones de 2024, el PAN ganó la capital de Durango, una ciudad de aproximadamente dos millones de habitantes. Anaya mencionó este triunfo como ejemplo del éxito del nuevo modelo. "Yo estuve en los eventos de Toño [el candidato]. Yo no oí una sola vez a Toño hablando ni de la agenda woke ni de rollos ideológicos. La gente quiere que le resuelvas el problema de la seguridad, el problema del agua..."
Pero Anaya no explica: ¿Cómo fue seleccionado "Toño"? ¿Mediante encuesta, primaria o decisión del CEN? ¿De qué grupo político interno del PAN es? La información no se ha hecho pública, lo cual en sí mismo es revelador.
Tercer pilar: Fin de alianzas (o venganza institucionalizada)
El tercer pilar es el más importante porque revela la verdadera naturaleza del "relanzamiento". Cuando Jorge Romero anunció que el PAN ponía "fin al esquema anterior de alianzas", especialmente con el PRI, el mensaje público fue sobre recuperar identidad y distinguibilidad electoral.
"Lo que sucede es que el PAN se funda en 1939 y nos aventamos 50 años sin tener un solo gobierno estatal", contextualiza Anaya. "Fue hasta 1989 cuando a (Ernesto) Ruffo se le reconoce el triunfo en Baja California. Entonces, claro, 50 años estás en la oposición y tu trabajo básicamente es decir lo correcto. A partir de que el PAN empieza a gobernar, claro que viene un desgaste".
El argumento es que el PAN, que nació como partido opositor con "estatura moral", debe regresar a esas raíces. Y que la alianza con el PRI —su adversario histórico de 70 años— fue una traición a esa esencia.
"La alianza del PAN con el PRI en términos político-electorales fue costosísimo para el PAN", afirma Anaya. "Históricamente habíamos sido adversarios y en el momento en el que la gente los ve juntos, muchísima gente dijo 'yo por ahí ni a la esquina'".
Todo esto es verdad. Pero no es toda la verdad.
Porque cuando se le pregunta si en el futuro podría haber alianzas, Anaya responde: "Si eventualmente en otro momento hay alguna fuerza política con la que el PAN se quiera aliar, esa será otra historia".
Es decir, las alianzas no están vetadas por principio. Están vetadas por contexto. Y el contexto específico es: el PRI está vetado mientras Anaya controle el PAN.
Más revelador aún, Anaya celebra alianzas históricas del PAN: "Yo me acuerdo una época de mi Estado en la que tú sumabas PAN y PRD, le ganabas al PRI... eran hipercomplementarios". Y él mismo lideró el Frente por México en 2017, una coalición PAN-PRD-MC (en 2018 MC se retiró).
Entonces, ¿por qué sí alianza con PRD pero no con PRI? La explicación oficial es que PAN y PRD son "complementarios ideológicamente" mientras que PAN y PRI son "adversarios históricos que se vuelven muégano".
Pero la explicación real es más simple: el PRD nunca atacó personalmente a Anaya. El PRI-Gobierno de Peña Nieto sí lo hizo en 2018, usando la PGR, los medios y todo el aparato del Estado.
El veto al PRI no es estratégico. Es venganza personal institucionalizada como política de Estado del PAN.
El cuarto pilar (no dicho): Control del grupo Anaya
Los tres pilares oficiales del relanzamiento tienen un denominador común que nunca se menciona explícitamente pero que es evidente para cualquier observador: todos consolidan el control del grupo político de Ricardo Anaya.
La estructura del nuevo PAN es reveladora:
Jorge Romero Herrera = Presidente del CEN
Ricardo Anaya = Coordinador de la bancada en el Senado
Esta relación no es casual. Romero viene del grupo político de Benito Juárez, alcaldía de la Ciudad de México donde Santiago Taboada fue alcalde (2018-2023) y que ha sido señalada por múltiples medios por el caso del "Cártel Inmobiliario" —un sistema de corrupción basado en permisos de construcción a cambio de departamentos para funcionarios.
Cuando se le pregunta a Anaya sobre estos señalamientos, su respuesta es reveladora: "Yo este tema lo he platicado con Jorge Romero y le creo... le creo a Jorge porque... lo conozco, veo su nivel de vida, dónde vive, cómo vive, y considero que él es un agente decente".
Es decir, el criterio no es una investigación transparente o rendición de cuentas institucional. El criterio es confianza personal: "lo conozco, le creo".
Esta es la lógica que rige el "Nuevo PAN": lealtad personal al grupo sobre principios institucionales. Y los tres pilares del relanzamiento están diseñados para consolidar esa lógica:
Pilar 1 (Afiliación): El grupo controla quién entra al partido
Pilar 2 (Selección): El grupo controla qué método se usa para elegir candidatos
Pilar 3 (Alianzas): El grupo controla con quién se puede (y no se puede) aliar el partido
El resultado es un PAN donde el poder está más centralizado que nunca, pero con una narrativa de "democratización" que lo legitima.
Panistas que quedaron fuera del grupo Anaya lo expresan off the record: "Esto no es renovación, es captura. Cambiamos de grupo dirigente, no de modelo".
Y tienen razón. Porque el documento ideológico del PAN, "Principios de Doctrina", sigue siendo el mismo desde su última actualización en 2002. No hay cambio doctrinal. No hay nueva ideología. No hay propuesta transformadora.
Lo que hay es un nuevo grupo en el control del aparato. Un grupo que llegó con una herida de 2018 que no ha sanado, con una lista de enemigos que no ha perdonado, y con una lógica de lealtades personales sobre instituciones.
"Yo creo que esa es la fórmula", dice Anaya sobre su estrategia en el Senado. "Cada vez que hay un tema, lo estudio a fondo, trato de encontrar qué es lo que le sirve al país, es decir, dónde está el voto correcto, y en ese sentido me posiciono".
Es una fórmula individual admirable. Pero cuando se trata de construir un partido, la fórmula no puede ser "confíen en mí porque yo estudio los temas". Tiene que ser institucional: reglas claras, criterios objetivos, rendición de cuentas independiente de quién esté en el poder.
Y eso es precisamente lo que el "Nuevo PAN" no tiene.
Tiene tres pilares que suenan a renovación pero funcionan como consolidación de poder. Tiene un discurso de credibilidad que se basa en lealtad personal. Tiene un veto al PRI que no es estratégico sino emocional.
Y tiene un líder que, seis años después, sigue atrapado en 2018.
Porque cuando le preguntan sobre su "madurez" política actual versus la de 2018, Anaya reflexiona: "Gente que me quiere me lo ha dicho: 'Quizá no era tu momento. Quizá yo hubiera tenido una madurez mayor si hubiera sabido esperar 6 hasta 12 años'. Es muy probable que así sea".
Pero la pregunta incómoda es: ¿Ya adquirió esa madurez? ¿O simplemente aprendió a esperar hasta tener el control del aparato para ejecutar la venganza que no pudo ejecutar en 2018?
Los tres pilares del relanzamiento sugieren la segunda opción.
Discurso oficial vs. Real politik
✓ Democratización del partido
✓ Cualquiera puede afiliarse
✓ Acabar con elitismo
✓ "Apertura para que te puedas afiliar"
▸ Dilución del padrón histórico
▸ Incorporación de militantes leales al grupo Anaya
▸ Estrategia de "inundación" (modelo AMLO)
▸ ¿Quién controla el proceso? El CEN (Romero/Taboada/Anaya)
✓ "Ya no las cúpulas"
✓ "Ya no los padroneros"
✓ Encuestas y primarias
✓ "Lo que la gente quiera"
▸ ¿Quién diseña las encuestas? El CEN
▸ ¿Quién decide qué método usar? El CEN
▸ ¿Quién interpreta resultados? El CEN
▸ Contradicción de Anaya: No va por Querétaro "porque no trabajó el territorio" (pero ¿no ganaría cualquier encuesta?)
▸ No elimina control de cúpulas, lo centraliza más
✓ Recuperar identidad
✓ PAN distinguible electoralmente
✓ "Mucha gente dejó de acompañar al PAN por PRIAN"
✓ "Adversarios históricos de 70 años"
▸ Veto específico al PRI (no a todas las alianzas)
▸ Anaya celebra alianzas con PRD históricamente
▸ "Si eventualmente hay otra fuerza política..." (no es veto permanente)
▸ Diferencia: PRD no atacó a Anaya, PRI sí
▸ VENGANZA INSTITUCIONALIZADA
Presidente del CEN
PAN CDMX
Coordinador Senadores
Conexión: Grupo Benito Juárez (señalado por "Cártel Inmobiliario")
Criterio de defensa: "Lo conozco, le creo" (Anaya sobre Romero)
¿Quién lo cometió? Grupos previos que controlaban el padrón
Corrección: Ahora el grupo Anaya controla quién entra
¿Quién lo cometió? Grupos rivales que imponían candidatos
Corrección: Ahora el CEN de Anaya decide qué método usar
¿Quién lo cometió? Marko Cortés (no del grupo Anaya)
Corrección: Veto al PRI = Venganza contra quien atacó a Anaya
Marko Cortés controla CEN
Grupos regionales controlan territorios
Alianza con PRI
Anaya marginado
Grupo Anaya controla CEN
CEN controla selección en territorios
Veto al PRI
Anaya en el centro
"Esto no es renovación, es captura. Cambiamos de grupo dirigente, no de modelo"
— Panista fuera del grupo Anaya (off the record)

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