Tres años después de que el PRI-Gobierno de Enrique Peña Nieto usara el aparato del Estado para intentar destruir a Ricardo Anaya, el Partido Acción Nacional tomó una decisión que el propio Anaya describe como imperdonable: aliarse con el PRI para las elecciones de 2021 y 2024. Para entender el "relanzamiento" del PAN en 2025 y su veto permanente al PRI, hay que entender primero esta traición.
RG Revista — "PRIAN históricamente era el término más despectivo que le podías decir adentro del PAN", explica Anaya. El término no es nuevo. Desde que Diego Fernández de Cevallos platicaba con Carlos Salinas de Gortari, el concepto de "PRIAN" —la fusión del PRI y el PAN— ha representado para los panistas la peor forma de traición: la colusión de élites que abandona principios por poder.
Y sin embargo, entre 2021 y 2024, bajo el liderazgo de Marko Cortés, el PAN formalizó exactamente eso: una coalición con el PRI (y el PRD) que terminó costándole al PRD su registro como partido nacional y al PAN su credibilidad.
El PAN sin Anaya (2018-2021)
Después de la elección presidencial de 2018, Ricardo Anaya quedó marginado del control del PAN. Enfrentando investigaciones de la FGR, viviendo parte del tiempo fuera de México, el ex candidato presidencial vio cómo Marko Cortés —quien había sido presidente del PAN desde 2017— consolidaba su control sobre el partido.
El contexto era difícil. Morena había arrasado en 2018, obteniendo la presidencia y mayoría en el Congreso. Las elecciones intermedias de 2021 se acercaban, y la matemática electoral era implacable: una oposición dividida no podría frenar a Morena.
"Una cosa es que un partido político haga su esfuerzo en términos de decirle a la gente lo que propone, otro partido haga lo propio, que tengan electorados distintos y que llegado un momento por un bien superior le digan a sus bases: 'Oigan, nos vamos a juntar con el de enfrente'", explica Anaya sobre la lógica de las alianzas.
El problema no era la alianza en sí. El problema era con quién se aliaban.
En 2021, Marko Cortés anunció la formación de Va por México, una coalición entre el PAN, el PRI y el PRD. La misma coalición se mantuvo para las elecciones de 2024. Y aquí es donde, desde la perspectiva de Anaya y su grupo, se consumó la traición.
El PRI que atacó a Anaya en 2018 —el PRI-Gobierno de Peña Nieto que usó la PGR, los medios y el aparato del Estado para intentar destruir al candidato panista— era el mismo PRI con el que el PAN decidía aliarse apenas tres años después.
La palabra maldita y los resultados
"La alianza del PAN con el PRI en términos político-electorales fue costosísimo para el PAN, y al PRD le costó el registro. No tengo ninguna duda, porque históricamente habíamos sido adversarios y en el momento en el que la gente los ve juntos, muchísima gente dijo 'yo por ahí ni a la esquina'", analiza Anaya.
Los números le dan la razón. En las elecciones presidenciales de 2024, la coalición "Fuerza y Corazón por México" (PAN-PRI-PRD) obtuvo apenas el 27.9% de los votos con la candidata Xóchitl Gálvez, mientras que Morena y sus aliados arrasaron con casi el 60%.
Más grave aún, el PRD perdió su registro como partido nacional al no alcanzar el 3% de la votación por sí solo. Un partido fundado en 1989, que había ganado la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y gobernado varios estados, desapareció del mapa electoral.
Pero para Anaya, el daño no fue solo electoral. Fue simbólico, personal y —en su interpretación— una traición directa.
"Yo me acuerdo una época de mi Estado [Querétaro] en la que tú sumabas PAN y PRD, le ganabas al PRI históricamente", recuerda Anaya sobre las alianzas exitosas del pasado. "Lo que hacía —año 2000— el Grupo Atlacomulco en el Estado de México hizo históricamente todo lo que estuvo en sus manos —cuando digo todo, es todo— para que no se juntaran el PAN y el PRD en el Estado de México, porque eran hipercomplementarios".
La diferencia, explica, es que PAN y PRD eran partidos con identidades distintas pero complementarias: centroderecha y centroizquierda, con electorados geográficamente diferenciados. Cuando se aliaban, era por un "bien superior": la transición a la democracia.
"Pero en el momento en el que lo vuelves un muégano y ya perdieron su identidad las dos o las tres partes, ya no solo no sumas, empiezas a restar", sentencia.
Y PRIAN era exactamente eso: un muégano indistinguible donde el PAN perdía lo que lo hacía diferente del PRI, su adversario histórico de 70 años.
Pero hay algo más profundo en el rechazo de Anaya al PRIAN. Algo que él no dice explícitamente pero que está implícito en cada palabra: la doble traición.
Primera traición (2018): El PRI-Gobierno lo atacó con todo el poder del Estado.
Segunda traición (2021-2024): Su propio partido se alió con quienes lo habían atacado.
Como si nada hubiera pasado. Como si las investigaciones de la PGR, el exilio forzado, las órdenes de aprehensión, los tres años bajo amenaza legal... como si todo eso no importara.
Desde la perspectiva de Anaya, el mensaje implícito del PAN-Marko Cortés fue: "Tu sacrificio personal no vale tanto como nuestra estrategia electoral".
Y eso, para un político que fue genuinamente perseguido por el Estado, que vio cómo usaban la justicia como arma política en su contra, que vivió bajo amenaza durante tres años... eso es imperdonable.
No es casual que cuando el grupo de Anaya recuperó el control del PAN en 2024-2025 —con Jorge Romero como presidente del CEN y Santiago Taboada como secretario general—, su primera decisión estratégica fuera anunciar el "fin del esquema de alianzas".
En el evento de relanzamiento (octubre de 2025), Romero fue claro: el PAN apostaría por sí mismo, sin coaliciones que diluyeran su identidad. El mensaje público era sobre recuperar la esencia del partido. El mensaje real era otro: nunca más con el PRI.
Cuando se le pregunta sobre esta postura, Anaya insiste en que es una decisión estratégica: "Mucha gente dejó de acompañar al PAN por la coalición con el PRI". Y tiene razón en que hubo un costo electoral.
Pero cuando se le pregunta si en el futuro podría haber alianzas, su respuesta es reveladora: "Si eventualmente en otro momento hay alguna fuerza política con la que el PAN se quiera aliar, esa será otra historia. Pero por hoy, el PAN hace muy bien en regresar a su origen y en volver a apostar [por sí mismo]".
Es decir: las alianzas no están vetadas por principio. Están vetadas por contexto. Y el contexto que cambió entre 2018 y 2024 no fue la situación electoral de México. Fue quién controla el PAN.
Cuando Marko Cortés controlaba el partido, se alió con el PRI. Cuando Anaya recuperó el control, vetó al PRI.
La diferencia no es ideológica. Es personal.
Porque para Ricardo Anaya, la alianza PRIAN no fue solo un error estratégico que costó votos. Fue la institucionalización de una traición: su propio partido legitimando a quienes habían intentado destruirlo.
Y esa es una traición que, siete años después, Anaya claramente no ha perdonado. Ni piensa perdonar.
Por eso el "Nuevo PAN" tiene como primer pilar algo que suena estratégico pero es profundamente emocional: el veto permanente al PRI. No es pragmatismo electoral. Es venganza institucionalizada.
Y para entender hasta qué punto esa venganza se ha convertido en política del PAN, hay que analizar los otros dos pilares del relanzamiento. Porque cada uno de ellos, bajo la narrativa de "renovación", esconde una estrategia de control del grupo de Anaya.
Eso es lo que veremos en la siguiente entrega.
PRI-Gobierno Peña Nieto
↓
Usa PGR contra Anaya
Investigaciones judiciales
Campaña en medios
Aparato del Estado
Resultado: Anaya 2° lugar
Anaya marginado
↓
FGR continúa investigaciones
Órdenes de aprehensión
Autoexilio forzado
3 años bajo amenaza
Marko Cortés controla PAN
PAN-Marko Cortés
↓
Anuncia "Va por México"
PAN + PRI + PRD
Se alía con quien atacó a Anaya
"Como si nada hubiera pasado"
= PRIAN
Elección presidencial
↓
PAN-PRI-PRD: 27.9%
Morena: ~60%
PRD pierde registro
Derrota brutal
"Fue costosísimo"
Grupo Anaya recupera control
↓
Jorge Romero: Presidente PAN
Santiago Taboada: Sec. General
Ricardo Anaya: Coord. Senadores
Primera decisión:
"Fin del esquema de alianzas"
= Veto permanente al PRI
El PRI-Gobierno me atacó con todo el poder del Estado
Mi propio partido se alió con quienes me atacaron
✓ Identidades distintas pero complementarias
✓ Centroderecha + Centroizquierda
✓ Electorados geográficos diferentes
✓ Bien superior: transición democrática
Resultado: HIPERCOMPLEMENTARIOS
✗ Adversarios históricos (70 años)
✗ Se vuelven "muégano" indistinguible
✗ Pierden identidad
✗ El PRI atacó a Anaya en 2018
Resultado: "Ya no sumas, restas"
PRIAN históricamente era el término más despectivo que le podías decir adentro del PAN
¿Por qué SÍ alianza con PRD en 2018 pero NO con PRI en 2021-2024?
Respuesta no dicha: El PRD nunca lo atacó personalmente. El PRI sí.

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