El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos anunció una nueva norma que permitirá tomar fotografías y datos biométricos —como huellas digitales y rasgos faciales— de todos los extranjeros que entren o salgan del país por aire, tierra o mar, a partir del 26 de diciembre.

InfoStockmx — La disposición, publicada en el Registro Federal, establece la creación de un sistema biométrico integral de entrada y salida. Según el DHS, este mecanismo permitirá comparar los datos tomados a la llegada con los registrados en la partida, reforzando los controles migratorios y la seguridad nacional.

El gobierno estadounidense argumentó que la medida busca combatir amenazas como el terrorismo, el uso fraudulento de documentos, la sobrestadía de visas y la falta de información precisa sobre los viajeros. “Un sistema biométrico integrado ayudará a confirmar la identidad de los extranjeros que ingresan o salen del país”, señaló la dependencia.

La regla abarca a todos los no ciudadanos: portadores de visa, residentes y trabajadores temporales, menores de edad y adultos mayores. Los datos se capturarán tanto al ingreso como a la salida del país, lo que marca un cambio estructural en las políticas fronterizas estadounidenses.

Especialistas en derecho migratorio advirtieron sobre las implicaciones legales y éticas de esta expansión del control biométrico. La firma Lincoln-Goldfinch Law, con sede en Austin, Texas, calificó la medida como “un cambio fundamental en la política de vigilancia”, y alertó sobre la necesidad de supervisión jurídica activa.

“Cuando se recolectan datos biométricos tanto en la salida como en la entrada, estamos entrando en un nuevo paradigma de vigilancia”, declaró la abogada Kate Lincoln-Goldfinch. Añadió que las familias deben conocer cómo se almacenarán sus datos, cuánto tiempo serán retenidos y los mecanismos para corregir posibles errores.

Lincoln-Goldfinch advirtió también que el gobierno “no puede tratar por igual a todos los no ciudadanos sin evaluar cada caso”, y pidió que la norma se aplique con transparencia, garantías constitucionales y mínima interferencia en los viajes legales. La nueva política abre un debate sobre el equilibrio entre seguridad y privacidad en la frontera más transitada del mundo.

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