Agricultores del Bajío y otras regiones mantienen bloqueadas las principales vías de comunicación del país para exigir un mejor precio de garantía por tonelada de maíz. La protesta, que ha dejado a miles de personas varadas, descubre el creciente descontento rural y la lenta respuesta del gobierno federal.

CDMX — Los bloqueos carreteros protagonizados por productores de maíz continúan afectando gravemente la circulación y el comercio en varios estados. Los campesinos exigen que el gobierno federal eleve el precio de garantía a 7,200 pesos por tonelada, argumentando que los costos de producción se han disparado y que la actual política agropecuaria no protege a quienes sostienen la cadena alimentaria nacional.

Entre las voces que respaldan la movilización se repiten críticas hacia las prioridades del gasto público. “A Cuba le dan todo sin chistar y aquí ni aunque hagan bloqueos". "Para Cuba 60 mil millones en combustible gratis. Tienen más privilegios los cubanos que los mexicanos que cultivan los alimentos de México”, expresaron manifestantes en referencia a los apoyos internacionales contrastados con el abandono al campo mexicano.

En Sonora, el secretario general de Gobierno, Salvador Zamora, informó que los productores accedieron a liberar parcialmente la Carretera a Nogales, aunque sólo por lapsos de media hora. Sin embargo, en otras regiones, los bloqueos permanecen totales, afectando la movilidad de miles de personas, la entrega de mercancías y hasta el transporte de personal y estudiantes.

En Irapuato, las clases y el transporte laboral fueron suspendidos. En Jalisco, se registran al menos nueve bloqueos, principalmente en la carretera Guadalajara–Morelia, donde se ha detenido el flujo de carga proveniente del puerto de Manzanillo. En Michoacán, Guanajuato y San Luis Potosí los cierres se extienden a múltiples tramos de las rutas 45, 43, 51 y 57.

De acuerdo con reportes de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), los bloqueos se concentran principalmente en los estados de Michoacán, Guanajuato y Jalisco, aunque también se han registrado afectaciones en Tlaxcala y San Luis Potosí. Familias han permanecido varadas hasta ocho horas bajo el sol, sin acceso a servicios, en espera de la apertura temporal de los pasos.

Aunque en algunos puntos —como la carretera León–Silao y el entronque León–Salamanca— se ha restablecido la circulación, las interrupciones en otras vías clave, como la Guadalajara–Tepic o la Zamora–Jiquilpan, continúan. En Tamaulipas, la SICT reportó la reapertura del tramo Matamoros–Reynosa, pero advirtió que la situación sigue siendo inestable en todo el país.

Mientras tanto, la presidenta Claudia Sheinbaum postergó cualquier definición hasta el jueves, cuando —dijo— acudirá a su conferencia el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural para abordar el conflicto. La espera ha incrementado el malestar entre los productores, que advierten que mantendrán los bloqueos “hasta que el gobierno eleve su oferta”.

La protesta agrícola refleja no sólo la disputa por el precio del maíz, sino el deterioro de la relación entre el campo y el poder federal. En un país donde la soberanía alimentaria es bandera política, los caminos siguen cerrados para quienes la siembran.

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