En su primera reunión desde 2019, los presidentes Donald Trump y Xi Jinping acordaron en Busán suspender durante un año las tasas portuarias que ambos países se habían impuesto, en un intento por reducir tensiones comerciales y estabilizar el transporte marítimo global.
Corea del Sur — El encuentro se realizó en un pequeño edificio gris con techo azul dentro de la Base Aérea de Gimhae, junto al aeropuerto internacional de Busán, donde ambos líderes se saludaron tras seis años sin reunirse. “Es un honor estar con un amigo mío”, dijo Trump antes de iniciar las conversaciones, mientras Xi le respondió que “se siente muy cálido volver a verte”.
Trump estuvo acompañado por su representante comercial Jamieson Greer, el secretario de Comercio Howard Lutnick, el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario del Tesoro Scott Bessent, la jefa de gabinete Susie Wiles y el embajador David Perdue. El líder chino habló por más tiempo, destacando que “aunque no siempre vemos las cosas igual, las dos economías más grandes del mundo pueden prosperar juntas”.
Poco después de la reunión, el Ministerio de Comercio de China anunció que Washington suspenderá la aplicación de las medidas derivadas de la Sección 301, que afectaban a las industrias naviera y logística chinas. A su vez, China dejará sin efecto las tasas portuarias impuestas a los buques estadounidenses. El gesto busca aliviar el impacto de la guerra comercial que ambos gobiernos habían intensificado desde octubre.
El acuerdo pone fin, al menos temporalmente, a los gravámenes de 50 dólares por tonelada neta aplicados por Estados Unidos a navíos chinos y los de 56 dólares impuestos por China a los buques estadounidenses. Según estimaciones de la consultora Alphaliner, mantener las tasas habría costado hasta 3,200 millones de dólares a las principales navieras en 2026, con la estatal Cosco absorbiendo casi la mitad de ese monto.
Desde octubre, las tarifas habían generado disrupciones en las rutas marítimas y un aumento de los costos operativos en un sector que ya enfrentaba dificultades por el encarecimiento del combustible y la baja demanda global. Analistas señalaron que el pacto alcanzado en Busán representa un alivio temporal, pero que los temas estructurales —como las restricciones tecnológicas, el comercio agrícola y la seguridad en el Pacífico— siguen sin resolverse.
En su declaración final, Xi afirmó que “el desarrollo de China no contradice la visión de Hacer Estados Unidos grande de nuevo”, mientras Trump aseguró que el entendimiento alcanzado “marcará un nuevo comienzo en la cooperación económica”. Ambos mandatarios confirmaron que continuarán el diálogo comercial en 2026.

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